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| Mi querido Padre Galo José Martínez |
MUJERES SIN ROSTRO. Colección Homenaje a Papá
“EL MURRUNGO DE PAPÁ”
Por Carmen Martínez
Por Carmen Martínez
Esta Colección de 8 Mujeres Sin Rostro, la hice como un homenaje a la memoria de mí adorado padre: GALO JOSÉ MARTÍNEZ, fue realizada sobre madera “recuperada” o “reciclada”, en formato de 7.5 x 40 cm.
El Murrungo, así llamó papá un gato que su hermana Juanita, le regaló para que le hiciera compañía, y no estuviera solo en el estado Falcón. Hoy ambos descansan en la paz del Señor. Mi padre adoró este gato, y se molestaba conmigo cuando le impedía que durmiera en su regazo después que fue operado de corazón abierto.
Pero más le dolió enterarse que un carro se lo había atropellado en una de las tantas veces que se quedó solo en la casa, ya que por motivos de salud papá ameritaba venir a menudo a la ciudad de Maracaibo o quedarse en la ciudad de Cabimas en el estado Zulia.
Una tarde, de las tantas que siempre teníamos cuando lo visitaba y me pasaba unos días con él y compartíamos un café, el en su chinchorro y el gato debajo de el… lo detallé tanto, que le dije, sabes papá un día de estos pintaré unas Mujeres Sin Rostro con la trama del pelaje de tu gato. No en su color porque es gris con negro, lamentablemente me gusta jugar con los colores y el gris es un color que muy poco utilizo, no me gusta.
Mi padre me dijo. ¿Y eso? tu no quieres a mi gato… le dije, no es que no quiera a tu gato es que no puedes tenerlo todo el tiempo encima de ti papá.
Un poco de culpa tal vez, otro tanto, el haberme atraído el pelaje del gato y el hecho de hacer realidad lo conversado con mi padre, fueron los motivos para la realización de esta pequeña colección.
Pero creo que más allá de todo eso, es el agradecer a esos pequeños seres que a veces brindan más amor que uno a nuestros seres queridos, en el caso de papá a su Murrungo y a sus perras y en el caso de mamá sus loros y guacamayos, que les alegraban sus días. Es quizás también como una enseñanza para todos nosotros, para que seamos más “melosos” con ellos, decirles todo el tiempo que los queremos, compartir más y mejores momentos. Porque una vez que se van ya no podemos hacerlo o decirlo. Y es cuando nos damos cuenta cuan fieles y nobles fueron esos animales con ellos…. Los extrañan tanto o más que nosotros.
CARMEN MARTÍNEZ
