TRAVESÍAS Y TRAVESURAS DE ALEXA
Por Carmen Martínez
oy Alexandra pero todos me conocían más como ALEXA, un ángel al cual Dios le brindó la oportunidad de bajar a la tierra a experimentar vida humana, encarné en una diminuta y guerrera niña, tez de porcelana; ojos picarones y vivaces de un negro profundo y brillante, manos gráciles y sedosas, largas y gruesas piernas y una corta cabellera azabache. Muy dentro de mí mantenía mis características y cualidades celestiales que se entremezclaban con las terrenaless para hacerme una niña muy especial. Bajé con una hermosa misión impuesta por mi padre celestial DIOS, tocar vidas, almas y corazones en todos aquellos que me conocieran.
n especial la de dos jóvenes llamados Jorge y Jingle que vivían en una hermosa región del estado Zulia, la ciudad de Cabimas, en Venezuela, que Dios los destinó para ser mis padres en la tierra, que me recibieron en su seno y familia, que se llenaron de sublime amor para que yo viviera una linda experiencia llena de travesías, donde pudiera hacer todas las travesuras que quisiera. Como ángel tenía muchas vidas, pero aquí en la tierra como ALEXA mí tiempo solo lo decidiría mi padre celestial DIOS. Así que me dispuse a disfrutar esta nueva experiencia de vida a plenitud, donde nada conocía, esta es mi historia.
LA PRINCESA ALEXA Y SU MAMÁ
i primera travesía fue dentro de una hermosa cueva húmeda, climatizada y acondicionada con todo lo necesario para mi solita, con paredes y pisos muy mullidos y acolchados, no sabía si había una salida y por donde estaba pero parecía que no hacía falta saberlo. Cuando logré despertar en esta vida, me di cuenta que Dios me había sembrado como una diminuta semillita en la pancita de mi nueva mamita Jingle, quien día a día me alimentaba por un largo cordón donde me enviaba a veces ricos manjares, y enormes dosis de amor y cariño, de allí la fuente de mi dulzura . En ese fuerte e intangible nexo con mi mamita, fue cuando empecé a comunicarme y a realizar mis primeras travesuras…. Cuando tenía sueño, mi madre también dormía, cuando comía demasiado mi madre corría a botar su excedente por ella, cuando mis bracitos y piernas se formaron, me convertí en una experta sirenita nadadora, allí empecé a explorar y a tocar a mi mamita por dentro, una veces tan suavecito que mi madre lo sentía en su corazón, pero otras veces era tan fuerte que parecía más bien una cabrita loca, chocando de aquí para allá y allí mi mamita físicamente sentía mis pataditas y palmaditas que le enviaba para que nos conectáramos en el chat ciber especial de nuestro sublime amor, que Facebook ni twiter.
on el pasar de los meses me puse muy glotona, empecé a crecer y a inflarme como un pastel en el horno a tal grado que a mi mamita le fue creciendo la pancita centímetro a centímetro, como si fuera a explotar, ya la cueva se me hacía muy pequeña, no podía nadar como al principio, allí se me ocurrió una brillante idea, quería conocer a mi mamita, saber cómo era, yo la conocía por su melodiosa voz llena de ternura cuando me hablaba y cantaba, por el leve tacto que teníamos cuando uníamos nuestras manos, en cada choque con su pancita, quería verle su cara, acurrucarme en sus brazos y recibir directamente todo ese amor que me enviaba por el cordón. Instintivamente, supe que debía buscar la salida de esa cueva, ya tenía la fortaleza para encontrarla y siguiendo como el sonar de los delfines los latidos del corazón de mi mamita bajé y bajé a aguas profundas y allí de repente vi la salida. Solo que no me di cuenta de que estaba cerrada y tenía un enorme candado del cual ella no sabía dónde estaba la llave… unas cuantas pataditas a mi mamita sirvieron para saber que debía quedarme tranquilita porque unas personas trajeadas de pie a cabeza me ayudarían a salir por una salida especial.
uando por fin logré salir estaba en las manos enguantadas de alguien que me desconectaba del maravilloso cordón, único contacto directo con mi mamita, con mis grandes ojos bien abiertos de par en par, realicé una barrida panorámica a la habitación blanca y muy fría donde me encontraba, casi 360 grados, en todas direcciones y solo escuchaba ruidos y voces que jamás había escuchado, no lograba reconocer entre ellas la voz melodiosa de mi mamita, fue allí cuando realmente sentí mucho miedo y empecé a llorar y llorar tan desconsoladamente, unas personas, me limpiaban, con un aparatico que tenía una diminuta luz muy blanca y brillante me revisaban la boca, los oídos y cualquier parte de su cuerpo, extraían algo de mi boca… fue allí que estas personas se dieron cuenta que mi padre celestial Dios me envió con una condición especial y única, UN LINDA PRINCESITA ENCANTADA, con un hechizo, vivir encerrada en este cuerpo, no en total libertad como vivía en el cielo. Me colocaron en otra habitación más acogedora con muchas “mini cuevitas” transparentes allí se me calmó el frió, mi desconsuelo seguía porque no terminaba de conocer a mi mamita, mis oídos trataban de escuchar esa voz que durante mucho tiempo escuché… entre dormida y despierta comenzaba otra travesía, estaba sola en ella.
ALEXA ENTRE BLANCOS COPOS DE HIELO
se ambiente todo blanco que vio al salir, remontó a la princesa Alexa a sus recuerdos del cielo, cuando jugueteaba entre nubes blancas, correteando con los ángeles y custodiada por arcángeles, pero al ver todas esas personas a su alrededor que estaban vestidas de un impecable blanco, las manos no tenían ninguna suavidad debido a ese material plástico y frio, con voces calmas de diversa sonoridad, se dio cuenta que no era igual al cielo, seguía buscando oír la voz de su mamita entre todas ellas, pero nada, así volvió a ver otro delgado cordón más fino que el de su mamá, que le enviaba un líquido transparente y azucarado nada igual a los manjares de dioses que le enviaba su mamita, que desconsuelo había en su corazón, pero de repente como por telepatía sintió en su corazón la débil voz de su mamita, que le decía…. Mi linda princesa debes esperar un poquito más para que podamos conocernos, como eres un ser muy especial, te rendirán honores en ese castillo de hielo donde estas, el Rey Friolento y su corte estarán contigo un rato, no te preocupes, disfruta estos momentos.
sí pasaron cada uno de los súbditos del Rey Friolento ante ella para rendirle pleitesía, a su cuerpo, a su mente, a su corazón… y luego de esta pequeña travesía por fin llegó el momento que conoció a su mamita Jingle y a su papito Jorge, quienes por breves espacios de tiempo podían verme y envolverme en sus brazos porque temblaba de frío… me decían no te preocupes mi linda princesita pronto iras a nuestro castillo, verás cómo tus aposentos son de un cálido como nuestro regazo… así pasaron los días, y seguían desfilando ante mí súbditos reales. De repente un manjar divino fue suministrado con una cuchara real, una sustancia blanquecina que manaba del pecho de mi mamita, otro divino manjar, solo que mi mamita todavía no podía proveérmelo directamente, otras personas de la corte del Rey Friolento se encargaban de ello y así estuve por muchos días dentro de la mini cuevita transparente asignada como mi aposento en el castillo.
EL REY JORGE Y LA REINA JINGLE INVITAN A CONOCER A LA PRINCESA ALEXA.
odo el reinado de mi padre el Rey Jorge y mi madre la Reina Jingle vino a visitarme, traían muchos presentes para mí, muy dentro sentí una gran alegría, me envolvían en una aura de mucho amor, había mucha alegría, fui conociendo a toda la gran familia terrena que Dios me asignó y eso fue algo nunca antes vivido ya que en el cielo no hay tanta diferencia entre las personas, aprendí que tenía abuelas y abuelos, bisabuelos y bisabuelas, tíos y tías, primos y primas, amigos y amigas, vecinos y vecinas, eso me maravillaba tanto.
i vida terrenal comenzó a partir de este momento y me propuse disfrutarla al máximo… sobre todo de ese dulce amor que mi mamita tenía guardado para mí. Por fin mi padre celestial Dios permitía ese tan ansiado encuentro.
ALEXA
is queridos papás estaban tan agradecidos con mi padre celestial Dios que decidieron hacerme un ritual religioso muy acostumbrado aquí en la tierra para bautizarme con su Fe, bajo la religión que mis padres y la mayoría de mi familia profesaban… La Religión Católica, invitaron a toda la comarca para que asistieran a tan importante evento… también me pusieron un hermoso nombre ALEXANDRA, muy pocas personas al final me llamaron así porque mi mamita empezó a llamarme por ALEXA y me gustó, así que aprendí a reconocer ése como mi nombre.
sí fue que me vistieron con gala real y recibí en la pila bautismal, el baño sagrado con agua de manantial de Fe que mojaba mi cabecita y mi alma… no lloré porque reconocía los baños que me daba en el Edén con otros ángeles… entre aguas cristalinas y divinas.
e pronto cada uno de los súbditos y familiares vinieron a felicitarnos y alegrarse de que fuera una Católica Cristiana Apostólica y Romana, el coro de la iglesia al fondo entonaba unos cánticos maravillosos, y mi mamita que tenía la voz más melodiosa que hubiera escuchado, desde donde estábamos los acompañaba, ella cantaba en el coro de la iglesia donde me habían bautizado como una actividad hermosa que su reinado le permitía… aprendí cada uno de los cánticos solo que los cantaba muy dentro de mí.
eguía degustando el rico manjar que mi madre me proveía, en la cuchara especial creada para mí por el orfebre real, debido a que una característica muy particular en mi paladar me impedía hacerlo directamente de la fuente, esos hermosos pechos de mi mamita. Esto no impidió a que el nexo madre e hija se diera, por el contrario mi mamita me prodigaba más tiempo así… disfrutábamos muchas horas entre cuentos, anécdotas y canciones… yo con mis monosílabos “gari gari… coy coy” y mi madre con su maternal y melodiosa voz, mis preferidos eran los cuentos de princesas felices en sus castillos, cuando me hablaba de todas mis primitas y primitos y los cánticos de iglesia, cuando me rezaba todas las noches y me encomendaba a mi ángel guardián.
l ajuar de princesa era extenso, mi mamita me tenía uno para cada ocasión… entre los presentes que me trajeron familiares y súbditos reales habían muchos juguetes nunca antes había visto, tal gama de colores en pequeñas y diversas formas, mi mamita los colocaba sobre una gran alfombra y yo entre ellos me sentía en otro mundo, usando algunos de mis sentidos lograba ver, oler, sentir cuando mi madre, tía y abuela me acercaban cosas a mis manos, cara… recuerden que yo vine a este mundo como una linda princesita encantada encerrada en el cuerpo de una niña muy menudita, frágil y fuerte a la vez…. A quien tenían que servirle como en una corte real… tenían súbditos para vestirme, alimentarme, llevarme a dar paseos por los amplios jardines…. Ayudando así a mí querida mamita. De allí que mi imaginación empezó a desarrollarse, día a día, noche a noche, empecé a escaparme de mi torre de cristal en busca de nuevas aventuras, de escuderos llevaba a mis primos y de damiselas de compañías a mis primitas.
ALEXA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
n el camino amarillo de mi felicidad muchos tuvieron que ver, en el castillo, estaban mi papito Jorge, mi mamita Jingle, mis abuelos Negro y Edith, mi tiita Anita, mis bisabuelos Ana y Chuito, mis tíos y tías Mabel, Boris y José Luis; mi prima Vero, pero mis verdaderos y fieles amigos que nunca me abandonaron fueron: un lindo gatito azul muy mullido y valiente, un muñequito de trapo amarillo con mente propia y una calesita de metal rosada que me llevaba a todos lados porque mis piernas eran muy débiles y mis brazos no tenían mucha fuerza, exhibiendo con gran honor un gran corazón, el mío, que yo lo compartía con ella…. Así fue como comenzamos la travesía desde el condado de los altos Postes Negros, muchos dragones lanza fuegos salieron a nuestro paso, aquí en la actualidad eran unos enormes perros bravos amarrados con gruesas cadenas, algunas veces parecían que se iban a soltar y eso hacía que mi pobre amiguita la calesita metálica rosada se cansara y quedara jadeando y sin respiración más adelante… pero mis otros dos amigos hacían frente a dichos dragones con tal furia y sagacidad, que salían corriendo asustados con la cola entre las piernas. En el camino mi fiel escudero el muñeco de trapo amarillo se encargaba de llenar las alforjas de muchas chucherías y en la bota mantenía para mi mucho alimento proveniente del pecho de mi mamá al principio y luego de otros ricos manjares que mi mamita me hacía, como leche entera, jugos y cremitas de verduras.
ruzábamos una gran carretera donde pasaban muchos coches y llegábamos al condado de Corito donde vivían, mis primitos Marielsy y Elito los hijos de mi tía Susan. Aprovechaba de recibir mi cuota de profundo amor y cariño de mi bisabuela María quien partió con mi padre celestial después de consentirme un buen rato, de mis tíos y tías Carmen, Miguel, Susan y Elio.
uestras andanzas con mis primitos Marielsy y Elito eran tan gratas… nos tirábamos todos en una gran cama ellos brincando de un lado a otro, mi fiel amigo el lindo gatito azul retozaba con ellos y también el muñeco de trapo amarillo y mi primito Elio y Marielsy aprovechaban de manejar y montarse en mi calesita metálica rosada y sacarla al jardín… al caer la tarde regresábamos a nuestro castillo… mi mamita contenta de tenerme otra vez en sus brazos me llevaba a los aposentos de mis abuelos para despedirnos y desearles buenas noches.
tras veces nos enrumbábamos hacia un pequeño condado llamado Gran Sabana donde me esperaban mis tíos Antonio y Zully y mi adorada prima y madrina María José que me cargaba por los aires y me hacía muchos pucheros. Ellos tenían una alta torre de donde se podía ver todos los súbditos de su ducado, mis fieles amigos se surtían de muchas chucherías que mi tía Zully nos regalaba y mi primita hacía con tanto esmero para nosotros. Mi alimento estaba seguro y aquí mi tía Zully o mi prima María José se alegraban de servírmelo. De regreso mi tío Antonio nos montaba en un gran coche de color verde y me regresaba al castillo con mi mamita que siempre sonreía al verme llegar… y no dejar un espacio de mi cara que no llenara de besos.
e vez en cuando, ya sea que nos visitaran en nuestro castillo o que nos encontráramos donde mis primitos Marielsy y Elito, compartíamos con mi prima María Cecilia y mis queridos primitos Jorgelys y Duber Alfonso… más chiquitico que yo, eran momentos inolvidables todos jugueteando con mis fieles amigos: el lindo gatico azul, el muñeco de trapo amarillo y mi linda calesita metálica rosada, mientras yo conversando en mi lenguaje con Dubersito, nos entendíamos muy bien. En la tarde todos nos íbamos a nuestros condados y nos poníamos de acuerdo para encontrarnos la próxima semana… No recuerdo mejores momentos.
uando decidía visitar a mis primos Virginia y Jorge Jesús allí si debía tomar un tren ya que el condado donde ellos vivían llamado Tamare, quedaba muy lejos y mi calesita se cansaba mucho…. Mis tíos Franklin y Beatriz cuando llegábamos se desvivían por atendernos… generalmente los visitábamos cuando hacían grandes fiestas al que acudían gentes de otros condados y sobre toda la gran familia que teníamos… aquí nos encontrábamos todos los primos y primitos pasando momentos sin iguales y haciendo muchas travesuras.
uy cerca de nuestro castillo en el mismo condado quedaban los castillos de mi abuelo Jesús quien es más conocido como Chú y de mi abuela Flor, los padres de mi papito Jorge, cada uno con sus familias, eran muy especiales conmigo al igual que mi bisabuela Betulia, todos los tíos y tías, primos y primas.
is más lejanas travesuras las hacía en un remoto condado donde vivía mi bisabuelo Galo llamado Santa Rosa….allí tenía la oportunidad de ver y conocer esa gran familia que mi bisabuela María tenía ya que nació por esos lares. Mi bisabuelo tenía unas grandes extensiones de tierra, bueno a mí me lo parecía, lo tenía sembrado de grandes limoneros y otras plantas ornamentales que se armonizaban con los cujíes, tunas y cardones y donde se veían siempre muchas cabras y chivos correteando…. Mi bisabuelo galo me alzaba en sus brazos… que lindo… lástima que mi padre celestial lo llamó con el tan rápido… lo necesitaba para cumplir una misión allá.
ombrar toda esa gran familia y amigos de Santa Rosa me llevaría varias páginas…así que solo puedo decirles como me emocionaba verlos y pasar hermosos momentos juntos…. Sobre todo cuando me llevaban a recorrer todos esos caminos reales subiendo cerros y cruzando quebradas camino a la casa de la tía Carmen, hermana de mi bisabuela María.
ucha más familia teníamos en los condados de Cabimas y Ciudad Ojeda, lo que pasa es que la familia de mi bisabuela María y mi bisabuelo Galo era muy grande entre ellos están la tía Zoila, el tío Pablo, el tío Chúa, el tío León que siempre pasaba a verme y las familias de cada uno de ellos, hay mas muchos más tíos y tías, un montón de primas y primos, amigos y amigas de la familia, que ocuparían otras páginas más, sin embargo en mi breve vida por este mundo sentí mucha alegría de conocerlos porque siempre estuvieron pendientes de mí, muy especialmente cuando faltaban pocos días para ir con mi padre celestial. Hay unas personitas muy queridas por todos en la familia por ser mayores, entre ellos la tía Reymunda a quien siempre la recuerdo sonriente.
i algo recordaré siempre de esta hermosa vida que mi padre celestial me regaló y mis papitos Jorge y Jingle me hicieron vivirla con tanto amor, es esa inmensa familia que ellos tenían tanta que no pude conocerla toda así como también unos hermosos momentos que tuve la oportunidad de disfrutar… LA NAVIDAD, EL NACIMIENTO DEL NIÑO DIOS, en el castillo de mi bisabuela María llegaban presentes del medio oriente y sobre todos los que me había ganado por ser una princesita muy buena, los regalos del niño Jesús….y el día de los Santos Reyes, cuando mi tío Miguel llenaba con chucherías enormes alforjas identificadas con el nombre de todos sus sobrinos y sobrinas…. 3 NAVIDADES tuve la oportunidad de disfrutar y mi mamita se encargaba de abrir todos esos presentes porque yo no podía…. Pero algo que nunca pude cambiar fueron a mis 3 fieles amiguitos el lindo gatico azul, el muñeco de trapo amarillo y mi linda calesita metálica rosada que me llevaban a todas partes donde nuestra imaginación y espíritu aventurero nos llevara, testigos de mi felicidad.
uando mi padre celestial me informó que era hora de partir, mi corazón se entristeció mucho, aun cuando no pude hablar, ni caminar, ni siquiera abrazar fuerte a mi mamita Jingle, a mi papito Jorge y a toda mi familia, cuando quería poder gritarles el inmenso amor que les tenía, sabía que la condición que me puso mi padre celestial para quedarme y poder tocar vidas, almas y corazones era estar encerrada en mí pequeño cuerpo, ni tan pesado que cansara ni tan liviano que no me sintieran…. Fue así que le pedí un último favor a mi Dios… no dejes que vea tanto dolor que sé que tendrán todos cuando sepan que estoy por reunirme contigo… dale mucha fortaleza a mi mamita y mi papito, diles que he sido muy feliz con ellos, que mi camino amarillo lleno de aventuras y travesías llegaba a su fin solo en esta vida, porque al despertar estaré otra vez en mi casita del paraíso y llevaré conmigo todas estas experiencias vividas, se las contaré a mis amigos los ángeles, volveré a juguetear por el Edén, y extrañaré a mis primos y primas a mis tíos y tías, a mis abuelos y abuelas a mis bisabuelos y bisabuelas pero sobre todo a mi queridos y fieles amigos: el gatico azul, el muñeco de trapo amarillo y mi calesita metálica rosada.
sí fue como todo terminó, ni más ni menos que como empezó, en el Reinado del Rey Friolento, quien se desvivió por darme toda la atención digna de una princesa, a través de sus fieles súbditos trajeados de blanco. Desde ese mismo momento subí por un hermoso camino de muchos colores, un lindo arcoíris y allí me esperaba mi padre celestial DIOS y detrás de él divisé a mi bisabuela María y mi bisabuelo Galo quienes me presentaban a un tío muy querido que no había tenido el placer de conocer, el tío Jorge quien hacía muchos años vivía con mi padre celestial.
unto a ellos desde una gran nube blanca, vimos como muchas personas que vinieron de todos los condados, acompañaron a mi mamita Jingle, a mi papito Jorge y a toda la gran familia y amigos, en el momento que el cuerpo de la princesa encantada con tez de porcelana, ojos negros picarones, vivaces y brillantes, piernas gruesas, sonrisa sin igual y cabellera negra azabache era llevada a dormir a sus aposentos reales finales.
colorín colorado este cuento no ha terminado. Es solo el comienzo de otras travesías y aventuras que mi padre celestial DIOS tiene reservada para toda esa gran familia terrena que tuve en mi corta estadía en esta vida, en especial para mi mamita Jingle y mi papito Jorge, yo desde el cielo estaré observando y cuidando que sean tan felices como lo fui yo en el camino amarillo de la felicidad.