MIS
HÉROES y HEROÍNAS
Por
Carmen Martínez
Desde que CNN en Español
está pidiendo que nominemos a esos héroes anónimos que hay en nuestros entornos
o localidades, ya sea en nuestros países o en cualquier rincón del mundo, he
estado pensando y pensando a quien he conocido o conozco para escribir sobre él y enviarlo para que lo
conozcan y junto a otros esté en esas nominaciones bien merecidas, porque sé
que todo aquel propuesto ha logrado con su vida algo que no todos hacemos y si
lo hacemos es quizás siguiendo su ejemplo, sus proezas, muchas veces con su
vida y hasta con su muerte porque con
ella ayudan a otros.
Hoy comprendí que hay héroes
de héroes, mi tío-padrino Ismael sucumbió a su batalla contra el cáncer, insuficiencia
renal y diabetes, me recordó la experiencia que vivimos junto a papá y a mamá
que padecieron una mezcla de eso mismo,
y así como ellos a muchos más que he conocido y escuchado que se
enfrentaron y enfrentan a cualquier enfermedad degenerativa, crónica y/o
terminal, entre ellas el cáncer, cualquier otra enfermedad que es desconocida o
muy pocos la han padecido y por tanto no hay cura hasta ahora…Unos logran
vencerlas, otros no, pero todos tienen algo en común… la valentía de
enfrentarla.
Sé que buscar el mejor es
quizás la más titánica misión que puedan tener todas esas personas que deben
escoger a él o a los mejores… y es justamente ahí donde lo digo, cada héroe es
especial en lo que hace, en lo que logra, unos mucho, otros poco… pero es en la
lucha donde ellos se hicieron grandes y
diferentes y allí es donde están mis héroes y heroínas… si no estoy nominando a
un héroe o a una heroína sino a muchos, muy pocos he conocido, pero de muchos
sé que los hay en cualquier parte, no tienen distingo de raza, credo,
ideologías, no tienen edad, cualquiera puede estar en estos calzados aunque no
lo quiera, ni lo busque… cuando le toca solos o con ayuda se enfrentan a las
más insólitas pruebas, duras batallas, fuertes crisis… estoy hablando de los
más nobles y fuertes guerreros… los que batallan con enfermedades crónicas,
terminales y hasta desconocidas, esos niños, jóvenes, hombres y mujeres adultos
y ancianos que en un momento determinado de sus alegres y normales vidas,
cambian drásticamente cuando son diagnosticados o su condición llega a la
condición final, cuando deben hacerse todo lo que hasta este momento hay para
sanarlos o cuando solo queda esperar la voluntad de Dios.
Estoy nominando a todos los
enfermos crónicos y/o terminales, estos héroes y heroínas no tienen nombres ni trajes
especiales, por el contrario sus cuerpos
están muchas veces libres de ellos y se van degenerando día a día, cada órgano
vital se va colapsando, pero ellos fuertes con sus ganas de vivir, con ese amor
por sus seres queridos que los hace soportar y hacerse todo por difícil y
doloroso que sea, con total valor, heroísmo, valentía y gallardía, donde el
miedo solo les da más fuerza.
A mis héroes su cuerpo día a
día se le va transformando, en algunos va
disminuyendo su masa muscular, a otros todo lo contrario, pero allí en pie de
guerra con su cuerpo de escudo para defenderlo de células malas, de bacterias y
virus, su corazón comienza a latir más débil quiero pensar que por tanto amor
acumulado, tanto que algunas veces duele. En unos, su cabello empieza a
dejar ver una cabeza lisa y brillante,
donde pueden poner cualquier accesorio de moda o exhibirla como tal, porque lo
más importante es lo que se guarda dentro, lo más preciado: la memoria de su
vida. Sus piernas claudican muchas veces pero no importa unas muletas, bastón,
andaderas, sillas de ruedas o sus seres queridos están allí auxiliándolos…
algunos hasta que una cama los espera para mantenerlos descansados y relajados
inertes en el tiempo que Dios les permite respirar y vivir. Y si nos metemos
por dentro de esos cuerpos, allí la batalla deja signos de cómo se superan o no,
parece una obra dantesca, un campo minado, el paso del tornado más destructivo,
pero allí están mis héroes y heroínas sonriéndole al dolor para que sus seres
queridos no sufran y si no pueden hacerlo, su dolor es reflejo de su total valor.
La valentía es como una
montaña rusa… sube y baja en grado extremo… solo aquellos que han estado con
ellos podrán dar fe de ello, cada crisis, cada recuperación son cada vez más
extremas… el viaje solo se detiene cuando logran superar a su fuerte contendiente
o cuando su misión en esta vida llega a su fin, pero siempre digo que es el
inicio o comienzo para otros… con la experiencia obtenida de estos héroes y
heroínas caídos otros enfermos que vengan más adelante tendrán mejores
condiciones, con sus errores y aciertos ayudaran a que otros tengan mejor
calidad de vida, con estudios y tratamientos menos invasivos y más eficaces ,
ya que todo el personal involucrado tendrá más sabiduría y humanidad para
atenderlos.
Tanto si sobreviven o no,
mis héroes no olvidan nunca su promesa, hasta el final con uno, ellos padecen
esas duras batallas muchas veces por nosotros sus seres queridos, doy gracias por todos esos guerreros que
logran vencer sus enfermedades y comienzan algo más bonito, brindar su
experiencia a otros que como ellos enfrentan aguerridas batallas por su vida,
son ellos los que más conocen a ese fuerte enemigo y cómo unidos pueden
ayudarlos a superarlo. Fundaciones, familiares, amigos y voluntarios unen sus
esfuerzos, ellos son los aliados de mis héroes y heroínas. Y un personal
maravilloso está investigando y/o atendiéndolos para cada día hacerlos más
fuertes y aguerridos.
Espero que sean dignos
representantes de estos nominados, no importa si están atravesando por todo
esto o ya se despidieron llenos de gloria, con los honores de un digno
contendiente de batalla… ustedes son y serán mis HÉROES Y HEROÍNAS… los que
luchan contra el mal que ataca sus cuerpos, con la mejor de las armas sus ganas
de vivir y el amor por sus seres queridos.
Este relato va por todos
ellos, pero realmente fueron parte de mi fuente de inspiración, mis queridos
padres Galo José Martínez y María Tiziana Sánchez de Martínez, mis tíos Ramón,
Lucas, Ismael, mi prima Edith, como una madre la señora Luisa Lourdes, mis
amigas Aura, Caterina y Ana y mi linda princesita Alexa… sus vidas cambiaron
cuando se convirtieron en guerreros y guerreras de sus enfermedades terminales…
descansen en paz… Cada quien nombrará los suyos, pero cuantos no hay que están
solos en esto en sus casas, en hospitales o en la calle… ellos también merecen
ser nombrados y nominados…
Si eres uno de mis HÉROES Y HEROÍNAS que vencieron el mal, permite que otros conozcan tus experiencias, es
la mejor retribución a Dios y a la vida por haberte dado una segunda
oportunidad de vida.
Dios bendiga a todos
aquellos que tendrán esa responsabilidad de escoger entre tantos nominados a
los héroes anónimos…esos que no buscan gloria,
ni premios, pero que merecen ser reconocidos…
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