UN CAMINO A LA PAZ. PARTE 9

ENFERMEDADES CRIMINALES

Por Carmen Martínez

La historia de la humanidad está llena de estas guerras, luchas y conflictos inesperados y hasta malvadamente intencionales que suceden entre los seres humanos y unos asesinos que pueden ser tanto letales inmediatamente como en el corto y mediano plazo, esos asesinos son las enfermedades, las infecciones, los virus, entre otros criminales conocidos, algunos son tan raros y desconocidos que ni nombre propio tienen, parecen unos forajidos enmascarados que no dan la cara  pero que atacan no solo los cuerpos, la mente y voluntad de las personas, sus vidas, sino también a sus familias, a sociedades, pueblos y naciones, perturbando con ello no solo la paz interna y externa de sus atacados, infectados y/o vulnerados, sino la paz familiar, la paz y la sana convivencia en las sociedades, pueblos y naciones.

Solo por recordar algunas de las pandemias más letales y terribles que se han conocido, Antes y Después de Cristo, que han perturbado la paz del mundo, que en su momento acabó con muchas vidas, que dejó secuelas en poblaciones infectadas y que en una opinión muy personal, a través de los tiempos, de los cambios genéticos o mutaciones, de la evolución y cambios de hábitos en esas generaciones precedentes atacadas en esas épocas, de la integración de los continentes y desarrollo vertiginoso de los pueblos y naciones, muchas de estas mutaciones son la causa de estas enfermedades modernas, raras y/o desconocidas, de una serie de síndromes que son motivo de estudios e investigaciones actuales para encontrar curas, tratamientos diversos, detener a estos asesinos conocidos o desconocidos.

Es importante resaltar que algunas de estas pandemias han ocurrido y ocurren naturalmente y otras son provocadas por los mismos hombres para vencer guerras y conflictos bélicos entre pueblos y naciones, para vengarse de sus más aguerridos enemigos, entre ellas, y debo decir que fueron tomadas de páginas web que ustedes pueden visitar en el internet y que nos brindan información sobre las pandemias más grandes o letales de la historia antigua y moderna, están: la Peste de la Guerra de Peleponeso, la Plaga Antonina, la Plaga de Justiniano, la Peste Negra, el Cólera, la Viruela, el Sarampión, el Tifus, la Gripe de Hongkong, el Síndrome Respiratorio Agudo Grave o SARS como es conocido por sus siglas en inglés, el VIH, la Gripe Aviaria (H5N1), la Gripe Porcina A(H1N1, H1N2, H2N2, H3N2, H3N3).

El uso de armas químicas y bacteriológicas en guerras y conflictos bélicos, de productos plaguicidas y pesticidas, entre otros, de seguro también tienen un papel fundamental en tantas enfermedades raras o desconocidas, sean infectadas a través de animales o de productos de consumo diario; los virus, parásitos, microbios, todos ellos se unen y fortalecen a estos enemigos de la paz de cuerpos, almas y espíritus, de familias, sociedades, pueblos y naciones.

En épocas recientes son el cáncer y las enfermedades crónicas y terminales, detectados o no a tiempo, ya sean por vejez o no, en mi opinión muy personal son las que más hay que tenerles cuidado, son hereditarias, muchas veces varias de ellas atacan al mismo tiempo a personas de todas las edades, su curso de acción es más prolongado o crónicas, y los factores de riesgos diversos, se incrementan cada vez más año tras año, algunas con tratamientos preventivos,  otras paliativos, el resto les permiten por lo menos tener una mejor calidad de vida mientras luchan con estas enfermedades, pueden ocurrir en cualquier momento y lugar del globo terráqueo, no son consideradas ni epidemias ni pandemias, pero cuando año tras año vemos las estadísticas de las personas que no logran sobrevivirlas, las que sufren a causa de ellas las más aguerridas luchas y batallas durante una buena parte de sus vidas, perdiendo su normalidad, sus facultades físicas y mentales día tras día, su paz mental, su paz espiritual, la paz familiar y la paz de países que buscan una cura para acabarlas, para erradicarlas, me pregunto qué clasificación realmente tienen estos viles asesinos modernos.

He vivido en mi familia, en mi  círculo de amigos y conocidos, en mi entorno laboral y social, casos de estos, enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, la hipertensión arterial, el cáncer, entre otras de las más comunes, que no dan treguas, muchos en mi familia ya no están conmigo entre ellos mis queridos padres, abuel@s, la mayoría de mis tí@s, algunos prim@s, vecin@s, compañeros de estudio y trabajo; lucharon contra ellas y fueron vencidos, vulneraron su paz  y nuestra paz, nuestra calidad de vida porque padecimos junto a ellos, verlos sufrir, padecer tantas consecuencias que ellas tienen. En mi blog MUJERES SIN ROSTRO carmencitalanegritalinda.blogspot.com pueden visitar las entradas tituladas CUANDO LOS VIEJOS CAEN y MIS HÉROES Y HEROINAS  en ellas relato una buena parte de esas vivencias que tuvimos con ellos.

Solo puedo decir, que esta guerra entre los seres humanos y las enfermedades perturbadoras de la paz, de la sana convivencia, de la armonía familiar y social, es algo que seguirá sucediendo, así que hay que vivir con ello, pero con el apoyo de todos podemos irlas venciendo o ganando terreno a nuestro favor, sobrellevándolas con una mejor calidad de vida, mermando su tasa de letalidad, cambiando los hábitos para eliminar los factores de riesgos, con el compromiso de todos los pueblos y naciones unidas para prevenir o alargar el período de que comiencen estas enfermedades, de invertir en investigaciones, desarrollos, tecnologías, tratamientos e infraestructuras de salud. El problema de la salud y las enfermedades es mundial, así que es una lucha de todos, no solo de las personas atacadas por estas enfermedades, de sus familiares, de los cuidadores, de los médicos tratantes y especialistas y todas aquellas personas que ayudan y apoyan a los enfermos en su largo peregrinar.

Por otra parte le digo que el mejor vínculo que tenemos para ayudar a mejorar esa paz, esa armonía: es el amor, la unión, la bondad, la caridad, la solidaridad, el buen corazón, la empatía social, palabras cargadas de acciones, buenos deseos y mucho apoyo, la mayoría de esto solo requiere de presencia, tiempo y amor que todos tenemos, si pueden ayudar con recursos muchos además les estarán agradecidos. Seamos modeladores para otros hagan lo mismo, hacer un efecto dominó de amor y bondad.

Recuerden que todos podemos y debemos tener ese compromiso con Dios, la vida y nosotros mismos, caminemos tomados de la mano, apoyando a estos enfermos, sus familiares y amigos, a rescatar un poco su paz, su sana convivencia, su armonía, en UN CAMINO A LA PAZ, desde nuestro metro cuadrado de acción y nuestro gran radio de alcance. Pidamos por la cura y/o mejor calidad de vida de estos enfermos, por la erradicación de enfermedades y/o conocimiento de ellas para poder diagnosticarlas y tratarla preventivamente y correctivamente, para evitar que lleguen a ser crónicas, degenerativas y terminales.

Dios nos bendiga y guarde.