CAMINANDO POR MI VIDA

CAMINANDO POR MI VIDA

Por Carmen Martínez

Hoy me levanté al alba, había dormido toda la noche, entre sueños, sin saber porque, me vi caminando por sitios y caminos recorridos hasta ahora por mí y otros no. Lo que se puede hacer en un sueño, como se pueden ir concatenando episodios tras episodios mientras voy caminando, como paso de un jardín lleno de muchos árboles en mi vieja casa donde viví cuando niña; quiero detenerme un rato al lado del malavar florido de hermosas flores grandes y blancas expeliendo esa fragancia que se quedó atrapada en mi recuerdo, aquella que estaba muy cerca de los jazmines, nardos y azahar de la india, es que a mamá le gustaban estos árboles que parecía que se ponían de acuerdo para engalanarse al mismo tiempo y de noche !que delicia!, esa fragancia entraba por las ventanas cuando el viento soplaba, pero no tengo el control del caminar, debo seguir caminando a mi lado, lo cumbre es que vamos conversando y yo le digo, quédate una rato, pero ninguna de las dos puede, tenemos que seguir caminando y de repente entro a una casa antigua de allá de la tierra donde nació mi papá, con muchos laberintos  que me pierdo en ella buscando la salida, de repente estoy en una sala y como si nada paso por la cocina y vuelvo a un corredor largo y nada, sé que un día estuve allí, me resulta familiar, pero no la recuerdo bien, y de repente estoy caminando por la playa con su color característico que parece chocolate con mucha leche, me siento un rato a ver el horizonte y como si nada allí estoy zambulléndome, y de nuevo caminando, me cuestiono en mis adentros ¿y entonces?, es que no entiendo nada, pero sigo caminando y de repente estoy en un sitio que en mi vida he visto y lo peor de todo es que estoy tan alto como si todo ese lugar fuera un inmenso circo sin carpa, totalmente despejado sin ningún techo y yo estuviera con los malabaristas, viendo todo desde arriba, justamente entre el cielo y la tierra, caminando  sobre una gran malla de cuadros ni tan grandes ni tan pequeños, creo que mis pies se van a meter por ellos , pero no es así, camino y hasta corro y sigo viendo hacia abajo y luego salgo a unas calles y me pierdo porque veo unas casas conocidas, la escuela, un hospital de los tantos que he conocido y de repente estoy en otro lado pidiendo que me guíen para volver a llegar a donde estaba, pero no puede ser aunque vuelvo y tomo esos caminos, no sucede así, me desconcierto, pero debo seguir caminando y de repente estoy en un sitio desconocido y camino hacia un puerta de un ascensor, entro y al cerrar el ascensor es totalmente transparente y baja vertiginosamente por las aguas del océano y yo veo eso, increíble, tengo miedo pero sigue bajando ese ascensor, en ese momento me doy cuenta que ya no estoy conmigo, que tengo rato que estoy sola, que en alguna parte del camino y el sueño me quedé yo pero no es así, ahora estamos las dos en una sola y entonces se abre la puerta del ascensor y llego a una inmenso laboratorio ¿de qué?... no se, hay mucha gente trabajando en ella y yo voy de un lado a otro caminando y de repente algunos de ellos y yo volvemos a meternos en el ascensor, pero no subo, me encuentro sola sin ellos, camino a casa y ha llovido tanto que la calle parece una gran laguna, camino y camino, me mojo los pies y las botas de mis pantalones, voy descalza y me pregunto cuando fue que me quite las sandalias, que broma con este sueño, quiero despertar pero no me deja, parece que despierto y no es así, sigo caminando donde mismo, pero ya la calle está totalmente seca, solo parpadee en mi sueño que increíble, sigo caminando y me encuentro en la universidad donde estudié pero luego de un rato recorriéndola ya no es ella y como tiene muchas entradas y salidas no logro volver a accederla y camino y camino, hay muchas áreas con muchos edificios, un campus, con todas las facultades y edificios administrativos, áreas verdes, estacionamientos, y vuelvo a entrar y salgo, y sigo caminando y entonces, de repente me digo… que cruel masoquismo puede impedir que sueñe algo bonito, tengo que hacer lo que tengo que hacer.. y de repente obligo a mi mente que esta entre letras griegas profundas, que se ponga en blanco, le pido que algo hermoso como un amanecer o un atardecer aparezca en el horizonte, que suba o baje el sol, de un naranja-amarillo-rojizo, que los más espectaculares colores azul, rosa y malva tiñan el cielo, que sople una suave brisa con rocío, que la fragancia de las flores abriendo impregne ese ambiente, que me ayude a aquietar ese estrés producido por ese sueño alocado y podrán creer que como por arte de magia, como si hubieran cambiado el escenario para grabar una película, llego a casa, me tomo un café recién colado como el que preparaban mamá y papá siempre, por fin puedo sentarme un rato a contemplar esta maravilla de Dios, lo agradezco… en ese momento me muevo en mi cama, trato de cerrar los ojos para seguir viendo ese amanecer o atardecer, pero no puedo, fue todo tan rápido, fugaz y no logro volver a disfrutarlo, el despertador suena y sé que es hora de levantarme… lo bueno de todo es que a pesar de haber caminado tanto, no estaba cansada, por el contrario relajada, menos mal porque tengo seguir caminando y de seguro estaré caminando solo yo, porque ya sea en sueños o en la realidad soy solo yo caminando por los caminos de mi vida, pero ya no será de esa forma alocada como en el sueño, los episodios se harán en su tiempo y espacio, de seguro con el horizonte de frente, caminando y caminando, habrá muchas estaciones en el camino, donde la primavera reinará engalanando hasta los veranos e inviernos, solo dejará caer sus hojas los árboles un rato en el otoño para mudar su ropaje natural y todo será en mi realidad, caminando por mi vida.