RECUERDOS

Que delgada es la línea entre el recuerdo y la realidad, como esas imágenes que guardamos en la memoria por muy lejanas en el tiempo que sean, afloran y se hacen presentes, vívidas, no como un holograma quizás como una hermosa alucinación.

Y es que es tan delgada esa línea entre la realidad del ayer y del hoy cuando recordamos, cuando nuestros pensamientos y sentimientos se unen dando vida a esos hermosos recuerdos que son inolvidables.

Y es que la vida misma es la suma de hechos pasados y presentes mientras se camina hacia el mañana, algunas veces tenemos el control de ellos, otros no aunque quisiéramos y todos ellos se van almacenando en ese gran chip que tiene nuestro cerebro.

Y es que el pasado es la suma de muchos recuerdos gratos e ingratos, dulces y no tan dulces, casi amargos a veces, de éxitos y fracasos, de compartir y de soledades… todas ellas de nuestras propias vivencias, donde tenemos protagonismo y donde otros comparten roles protagónicos, secundarios o de extras en ese video, en ese collage de fotografías, en esas enseñanzas, en esas lecciones aprendidas o aplazadas, en esas frases y expresiones que caracterizan a sus dueños y/o autores.

Y es que el amor y el cariño no se mueren cuando alguien ha sido especial, cuando nuestras vidas han sido profundamente marcadas por su paso, por su presencia física, aunque esto no es limitativo, porque a Dios y a su amado hijo Jesús los conocemos por su presencia en todo lo creado, en todos aquellos que día a día son la cara, el cuerpo, el alma y el espíritu de su infinito amor y bondad, así mismo hay personas que a pesar de conocerlas en persona, su cariño en la distancia hace mella en nosotros.

Y es que tu papá hoy a 4 años de tu partida, parece que solo estuvieses de viaje a un lugar lejano, sin fecha de retorno cercana, donde no hay cobertura para comunicarnos, pero que a través de los mágicos recuerdos te haces presente en un santiamén, en alucinantes y vívidas imágenes pasadas, como quisiera que fueran presentes, pero así es la vida, tu misión aquí fue cabalmente cumplida hasta ese último momento que hoy me hace escribir esto, porque en una madrugada de hace 4 años, estuvimos contigo hasta esa última respiración, hasta que serenamente tus ojos se cerraron a esta vida y se abrieron a la bondad de otra vida mejor.

Y es que mi cariño y agradecimiento por ti es eterno papá, por ser ese padre maravilloso, ese hijo abnegado, ese esposo fiel hasta el final a pesar de la distancia, ese hermano, ese ser familiar, ese amigo, ese vecino, ese ciudadano ejemplar y nos es mi amor de hija que me hace decirlo, sé que muchos compartirán conmigo lo especial que fuiste y que siempre serás. Lo maravilloso de todo es que lo que fuiste lo seguirás siendo, esa es la bendición del buen vivir.

Gracias por ser mi padre.

Autoría: Carmen Martínez

Escrito para mi querido y recordado padre Galo José Martínez