COCOS,
MUERTOS, FANTASMAS Y CERETONES.PARTE3
Por
Carmen Martínez
Cuando uno ve cosas que se
escapan de toda lógica y razón de ser, eso siempre te llama la atención, el
motivo de este relato lo he visto en películas, leído en libros, muchas personas
de seguro tendrán experiencias similares con seres queridos, amigos, muchas
leyendas urbanas hay de eso en sus respectivos pueblos, ciudades y países, pero
esta vez no me lo contaron, no soy la voz de personas que lo vieron u oyeron,
soy una espectadora directa de estos hechos y más allá de querer analizarlos y
caer en profundidades que no son ni mi fuerte ni el motivo del mismo, solo
quiero exponerlos, sé que algunos de ellos lo he narrado en relatos anteriores,
o he hecho una alusión de los mismos. Este es un relato donde no hay maldad, no
sabría explicar que es lo que realmente hay, como les digo no quiero ni
pretendo entras en honduras, solo narrar los hechos vividos y presenciados, en
ellos no he estado sola, eso me dice que no es sugestión ni alucinación,
quienes están conmigo también podían decir y corroborar lo mismo, aunque algunas
ya no estén.
Desde niña crecí entre
personas adultas, por ser hija mayor hasta muy consentida fui por muchos, entre
ellos los abuelos, los tíos y tías, los tío(a)s-abuelo(a)s, hasta los primo(a)s-abuelo(a)s,
tanto maternos como paternos, muy agradecida estoy de ello, ello me hace una
persona que escuchó y vio muchas cosas que de niña no entendía y de adulta sigo
sin comprender, y es que toda mi familia viene de pueblos y de caseríos donde las leyendas, los mitos y
las habladurías siempre salían a colación en las conversaciones y tertulias,
como decían en casa, cosas de viejos de antes, de gente que vivió muchas
generaciones antes de ellos, allá en mi querido estado Falcón, donde están las raíces
de mis ancestros.
Gracias a Dios como en la
mayoría de las veces lo decían en son de broma, eso no nos traumatizaba, y si
lo decían de verdad tampoco, porque para ellos era común que en determinados
momentos lo dijesen, frases tales como “te va salir el muerto”, “deja de
meterte con esa persona que murió no vaya a ser que te jale los pies mientras
duermes”, “fulanito anda desandando”, “recogió sus pasos” o “se despidió de su
gente”, eran muy comunes escuchar en mi entorno familiar, porque ellos también
lo escucharon o lo vieron. Ni mal ni bien, es cultura propia de cada quien, son
las vivencias propias de cada quien, forman parte de su vida y de su historia.
Lo tomas o lo dejas al crecer, yo en este momento lo traigo a este relato, algunas
tienen 5 décadas, cuantas antes de mí, no lo sé, son cosas que quedan
arraigadas en la mente, en tu historia, en tus años pasados. Como les digo hay
que verlo para creerlo y aun así es cuestionable.
La costumbre de ir a visitar
al abuelo y las abuelas casi todos los días porque vivían tan cerca de casa,
hizo que ellos me contaran siempre historias, lo mismo mi mamá y papá, quizás
desde allí mi inquietud por este tipo de relatos vivenciales, hizo que
presenciara hechos, éstos que narro a continuación eran propias de mi querida
tía paterna Thelma Martínez que vivió toda la vida junto con mi abuela Meda,
hace muchos años que en gloría de Dios están. Ella siempre decía que las
personas se despedían y si lo hacían con ella le jalaban los pies, ella sentía
que alguien le tocaba los pies o sentía su presencia mientras dormía en la
noche, que hacía que se despertara, ella sabía ya que a la mañana siguiente
alguien avisaría de una persona amiga y querida que había muerto en Coro, y eso
efectivamente era así. Ella decía “quién será que se murió”, yo esto lo
presencié, no cuando le sucedía esto en la noche sino bien temprano en la
mañanita que iba a visitarlas y a tomar ese rico café que hacía mi abuela Meda,
y ella nos lo comentaba a las dos… anoche alguien me jaló los pies debe ser
alguien muy conocido que se vino a despedir. Fueron varias veces que este
presencié, yo le decía tía estás loca o estas inventando, claro está echando
broma, yo quería, adoraba y respetaba mucho a mi tía Thelma, pero cuando alguien
avisaba que se había muerto un pariente o conocido, esa misma noche, entonces
me daba cuenta que casualmente era cierto. Lo que más me llamó la atención fue
que en ningún momento vi que la tía Thelma estuviera asustada y horrorizada, no
le “jalaban” los pies en el sentido estricto de la palabra, solo la despertaban
tocando sus pies y eso para ella era señal de que se estaban despidiendo.
Con la misma tía Thelma también
en varias oportunidades pude ver como ella sabía cuándo iba a tener noticias o
recibir la visita de personas que tenían tiempo que no venía o se veían, en el
patio de la abuela Meda había un árbol alto al lado de la cocina, no recuerdo
ahorita si era de mango, creo que no, pero en él se posaba un pajarito a trinar,
solo cuando venía a anunciar la visita, mi tía al escucharlo decía alguien
viene por ahí hoy…. Y así era… en que iba esto, no lo sé, este pajarito no
estaba siempre solo lo veía y escuchaba en ese justo momento, era de buenas
noticias o visitas de gente que les alegraba la vida, porque vivían lejos y
podían visitarlas… Tía lo llamaba el “pajarito de las visitas”, yo lo escuché y
vi varias veces con ella y comprobar que efectivamente alguien llegaba o les
traían buenas noticias.
Cuando mi tío-abuelo Monche,
cayó enfermo y estuvo hospitalizado justo en los días previos a su muerte, específicamente
el día antes de morir creo, mi querida madre y yo lo fuimos a visitar a la
clínica, él estaba en una habitación doble pero no había otro paciente, solo
él, por tanto la otra cama estaba vacía, su habitación tenía un gran ventanal y
las cortinas estaban totalmente corridas, se podía ver el paisaje, las casas y
las personas que pasaran por allí, las que salieran o entraran porque
justamente estaba muy cerca de la entrada de la clínica en el 1er piso.
Como les dije estaba solo,
no acostado en la cama, sino más bien sentado mirando a través de la ventana
panorámica, pensamos mamá y yo, entramos, tocamos la puerta como siempre
tenemos costumbre al entrar en una habitación de enfermos hospitalizados o no,
ya que no sabemos si es impropio o están con el doctor… el hecho fue que mi
mamá y yo les dijimos, “hola Monche”… “ bendición tío Monche”… estamos aquí y no obtuvimos respuestas, nos
acercamos y estaba despierto viendo hacia el frente pero no estaba, le hicimos
señas con las manos como a los ciegos, y nada, vino una enfermera y también vio
lo mismo, pero le dijimos que lo dejara un rato así, que la llamaríamos, no
hizo falta llamarla, al cabo de unos 15 minutos que nos pareció una larga
espera por la incertidumbre y lo insólito de esta situación, que sentimos
moverse a tío y lo escuchamos decir, estoy cansado, caminé mucho, estuve por
Negrita y Marzola allá en su querido Falcón…. Pero estaba con nosotros en
Cabimas/Zulia y sentado en una cama…. Estuve
dando un paseo por allá… allí se dio cuenta de nuestra presencia y nos pusimos
a conversar de cómo estaba, como se sentía y todo lo demás… ese tema no se tocó para
nada, mi madre me hizo señas para que lo dejara tranquilo cuando vio que yo
quería seguir preguntando como había sido eso… estuvimos una buena parte de la
tarde con él… no recuerdo si fue al otro día o a los dos días de eso, que mi
tío Monche murió… mi mamá y yo nos miramos y nos dijimos… que tío se había ido
a despedir de su pueblo y de su gente… a recoger sus pasos como decían los
viejos de antes.
Mi tío Nerio Piña, esposo de
mi querida tía materna Carmen Sánchez de Piña, tuvo en cama, perdón en Chinchorro
o hamaca, que era donde le gustaba dormir, los últimos meses de su vida, se
agravaba y se aliviaba, mi tía y sus hijos, su hermano el pariente León Piña, amigos
y vecinos, lo iban a visitar y estaban con el siempre, nunca lo dejaban solo en
su pieza, allí le daban las medicinas y su comida, que a veces ni quería comer,
yo estuve en Santa Rosa hasta una semana antes de su muerte, ya que tuve que ir
a los 15 años de mi ahijada María Antonieta en Mérida/Mérida. Estando con ellos
acompañándolos, vi como él hablaba en determinados momentos con alguien y los
nombraba por su nombre, no eran los que estaban alrededor de su chinchorro o
sentados muy cerca de él en ese momento visitándolos, cuando le preguntaba a mi
prima Rosa, a mi tía Carmen o a cualquiera de sus hijos que estaban allí, me
decían, que eran su mamá, papá, abuelos, o cualquier pariente que ya no estaba
desde hace mucho tiempo con ellos, habían partido a la gloria del señor. Esto
no fue una vez fueron varias veces… he visto cuando alucinan, dicen
incoherencias, mi madre fue una escuela para mí en esta materia, cuando le
daban sus fuertes crisis urémicas, intoxicada con el ión amonio… esto no tenía
que ver con eso, de hecho mi querido tío Nerio, después hablaba normal, cuando
su padecer se lo permitía… Mis primas y mi tía y su hermano el pariente León
Piña, decían que su gente lo estaba cuidando, sería que él los tenía en su
mente… pero no era así, el los señalaba y veía hacia varios sitios donde estaban,
que no siempre coincidían y les hablaba, algunas veces habían varios… parecía
una alucinación, sería una alucinación… no lo sé... pero así como presencié con
mi tío siempre escuche a mis padres y a muchos en mi familia, que contaban que
así les había sucedido a otras personas cuando se estaban muriendo, o les
faltaba muy poco.
Quiero terminar este relato
con un caso que presencié, esta vez junto a 4 personas más, entre ellas mi
madre, mi cuñada Edith, otra paciente que estaba en la misma habitación con
mamá, ya que estábamos en una habitación doble de una clínica y el hijo de esta
paciente. Era la hora del almuerzo, tanto mamá como su compañera de cuarto estaban
almorzando, mi cuñada Edith estaba visitando a mamá, y nosotros 2 hijos
acompañantes de las enfermitas nuestras madres.
Nos separaba un paraban divisorio con cortinas, la cama de mi mamá
estaba frente a la puerta de entrada del cuarto y la cama de la otra paciente
frente a la puerta del baño. Cada quien conversando en su lado, vimos como de
repente la puerta se abrió y entró una muchacha joven, parecía universitaria,
con sus libros y carpetas y un abrigo terciado sobre ellos en uno de sus brazos,
de cabello castaño claro largo y lacio, era más bien de estatura baja quizás
como de mi tamaño, vestía pantalón y blusa, pasó directamente al baño, todos
vimos como abrió la puerta y la cerró y de allí no salía, yo al cabo de un rato
le pregunté a los de al lado, esa visita de ustedes le pasaría algo que vino directamente
al baño, y ellos nos dijeron, nosotros pensamos que era una visita de ustedes….
Silencio total, impresión total, creo que mamá y la señora dejaron de comer por
un segundo… yo me levanté y fui al baño, abrí la puerta y allí no había nadie…
ahora si todos empezamos a hablar al mismo tiempo, no estábamos locos, nos preguntábamos
si habíamos visto lo mismo, describíamos a la persona, todos coincidíamos, Salí
de la habitación y cerca estaba el vigilante, le preguntamos si había visto
entrar a una persona a la habitación y me dijo que no, que tenía rato allí y
nada.. Cuando le hice el comentario de lo que acababa de pasar me dijo, que
muchas personas la habían visto al igual que nosotros, que seguro había sido
alguien que murió y quedó desandando, estas fueron sus palabras… pero para nosotros
fue un momento que quedó grabado en nuestra mente, nunca más movimos este tema,
creo que fueron más de 10 años, cuando el año pasado lo saqué a colación en
casa de mi hermano Franklin y mi cuñada Edith se los contó y corroboró, ya no
estaba mamá, pero seguro que también hubiese aportado su impresión. No era una
alucinación, fue tan real esa visión, el abrir y cerrar las puertas. Solo pido
a Dios que le haya dado la paz y el descanso a esta jovencita no creo que
llegara a 20 años, algunos 17 o 18 años a lo sumo.
Como vieron no hay maldad en
ninguno de los casos narrados, amén del pajarito que le anunciaba las visitas a
mi tía Thelma, los demás tiene que ver con personas que están por morir o han
muerto. Será que algunos tienen la oportunidad de que seres querido venga a despedirse
o a despedirlos, como a la tía Thelma y al tío Nerio, o será que están tan
vividos en sus mentes que pareciera que fueran reales, que lo soñaron dormidos
o despiertos… será que hay personas que viajan con el poder de la mente a
sitios muy queridos antes de partir, como mi tío Monche, aunque de eso del
poder de la mente nada que ver con él, será verdad que fue a visitar su terruño
por última vez, a recoger sus pasos… será cierto que personas queden desandando
como la jovencita de la clínica… Esto es tan sorprendente e increíble para mí
como sé que también lo será para muchos de ustedes.
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