3RA SERIE SANTA ROSA. ÉBANAS
Por Carmen Martínez
Esta serie la cree especialmente por mi primo Luis Piña y para todo lo que tiene que ver con la población de Santa Rosa, ubicada en el municipio Buchivacoa del Estado Falcón. Poblado cercano al caserío El Limón, donde nació mi madre, lugar donde mi padre vivió sus últimos 8 años y lugar donde pasaba mis vacaciones en mi niñez visitando a mis tíos Carmen y Nerio, cuando podíamos salir porque éramos muchos y el gasto era fuerte para mi padre.
Cuando Luis me solicitó por primera vez unos cuadros, le dije que yo solo hacia mis Mujeres Sin Rostro y el me respondió hazlos como tu gustes a tu manera, solo que los quiero en unos formatos mas grandes ya que el junto con otro socio tienen una Planta Procesadora de Sábila, justamente al lado de la casa donde vivía papá, y el edificio de oficinas muy moderno, tiene grandes áreas y altas paredes.
El primer trabajo que le hice fue un tríptico, 3 Mujeres Sin rostros ataviadas con cujíes, tunas, cardones, buches y urupaguas contando la historia de la llegada y establecimiento de la sábila en Santa Rosa, “amigando” la Sábila con la flora y fauna autóctona de esos lugares. No como la intrusa, la que ha invadido y cambiado el paisaje, sino, como otra más, que además ha dado trabajo a los lugareños. De igual forma también mostraba la evolución de las mujeres de esa querida tierra.
En el 1er cuadro del tríptico, el paisaje es solo de cujíes, tunas y cardones y la mujer muy sencilla y algo pudorosa, representando a las mujeres fundadoras de ese poblado, aquellas que nunca salieron de allí o que solo salían a visitar familiares que habían tenido que emigrar por mejor calidad de vida y fuentes de trabajo. Porque en Santa Rosa solo se criaban cabras y se sembraba melón, auyama y patilla. Tal como el caso de mi tía Carmen que en gloria de Dios esté, la Sra. Isaura y todas las viejas amigas de mi tía y oriundas Santa Rosa que aun están con nosotros.
En el 2do cuadro, aparecen las primeras siembras de sábila que impulsó mi primo Luis, pionero de la siembra y procesamiento de la sábila en Santa Rosa. Y la mujer es ya mas audaz en su forma de vestir, representa la 2da y tercera generación de mujeres de Santa Rosa, aquellas como mis primas y amigas de allá ,que estudiaron o salieron de ese poblado, algunas de ellas se mantienen allí, otras, siempre vuelven a visitarla como su hijo prodigo, porque adoran su terruño. En el traje aparece la sábila como elemento.
En el 3er cuadro, ya aparece un bosquejo algo ingenuo del edificio de Oficinas, de la procesadora de sábila, que acaba de construir mi primo y su socio, no quise realizarlo de una forma realista, porque el conjunto tenía su toque ingenuo. Y a la Mujer Sin Rostro le puse todas las cualidades que yo siempre le pinto, provocativas, sensuales y exuberantes, mas desinhibida, como las nuevas generaciones de mujeres de Santa Rosa, aquellas que se van a estudiar y posiblemente ni regresen a Santa Rosa luego de conocer nuevos mundos y progresos.
Me pidió otros 2 cuadros, justo cuando mi padre cayó enfermo en 2 oportunidades consecutivas, fueron casi 2 años los que pasaron para hacérselos. La razón…después de mi padre, mi mamá también cayó enferma, ambos murieron el pasado año…. por ello, la pintura quedó relegada y guardada en el tiempo. Había que dedicarle tiempo y cuidados a nuestros viejos, porque ya no tenían mas momentos, solo esos.
Recuerdo, que cuando hicimos el último viaje a Maracaibo mi papá y yo, aprovechamos de comprar los 2 bastidores para los cuadros de mi primo Luis, en formato de 100 x 60 cm. Ese era mi padre, el que siempre me acompañaba a donde quiera que yo fuera, el que me apoyaba en todo, aunque estuviera muy enfermo y sabiendo que ya pronto no estaría con nosotros, el que solo esperaría y acataría la voluntad del Señor.
Concebí estos 2 cuadros que mi primó me solicitó con las 2 épocas que marcaron su vida, en el 1er cuadro, pinté a la Mujer Sin Rostro teniendo como escenario la casa vieja de mi tía Carmen, donde ella vivió y crio a sus hijos, la casa de bahareque hecha con arcilla del lugar y palos de cardones, el techo construido de cardones y barro y las puertas y ventanas típica de las construcciones que hicieron los pioneros de Santa Rosa. Allí donde creció mi primo Luis, paradójicamente cuando terminé de pintar el cuadro, hubo un proceso climático de fuertes y consecutivas lluvias en casi todo el país, con pérdidas materiales y humanas y muchos damnificados. Donde todas o casi todas las casas viejas realizadas antes o durante la colonia, se habían derrumbado, hasta las que formaban parte del patrimonio histórico de la humanidad, en la capital del estado Falcón, la ciudad de Coro, tuvieron la misma suerte. En la a casa de mi tía Carmen se derrumbó la salita donde dormía ella y otra habitación. Gracias a Dios la había fotografiado con anterioridad y sino las hubiera tomado no hubiese importado, porque creo que todos nosotros, mis hermanos y mis primos recordaremos siempre la casa vieja de mi tía Carmen.
El traje y los accesorios de esta Mujer Sin Rostro, quise realizarlos con plantas y flores que ella amorosamente cuidaba en un jardín resguardado en un corral similar al de las cabras que ella hizo para cuidarlas de que los animales no se las comieran, especialmente las cabras. El problema de Santa Rosa es el agua potable, y mi tía vivía aprovechando cada gota de agua que Dios le enviaba cuando esporádicamente llovía para regarlas, guardándola en tobos, botellas, ollas. Era toda una proeza, pero al caer la tarde después de trabajar con sus cabritas y chivos ella se ponía con todo esmero a regarlas. Cuando yo la visitaba, me llevaba a verlas, se la pasaba pegando palitos de matas, metidos en botellas con agua de lluvia. Este cuadro es un Homenaje a ella, al recuerdo que siempre llevo en mi memoria y corazón.
El 2do Cuadro, está en plena ejecución. El escenario de fondo de la Mujer Sin Rostro, es el edificio de Oficinas de la Planta Procesadora de Sábila, donde mi primo Luis trabaja y desde donde realiza sus labores alternas de la cría de cabras, ovejos y cuanto animal tenga. La Mujer Sin Rostro no esta vestida con las flora del lugar, como he hecho con todos los cuadros de esta serie, esta sobre una alfombra realizada con ella, sábilas y los frutos de las urupaguas, esas hermosas pepitas rojas conforman la alfombra y de una forma ingenua tiene incorporadas unas flores hechas con tunas, cardones y el fruto de los buches como si estuvieran bordadas en la sábila. Por recomendación de mi sobrina Jingle, la Mujer Sin Rostro esta trajeada con la vestimenta característica de mi primo Luis, el luce siempre como un hacendado, un vaquero, siempre con altas botas, sombrero, cinturones con gruesas hebillas y sus camisas manga larga, muy al estilo de los hombres de su familia. Para darle un toque de color a un edificio cuyas fachadas están en en obra limpia, pinté unas jardineras con multicolores “trinitarias” o “buganvilias”, intrusas en este paisaje xerófilo
Para la navidad pasada mi primo Luis me encargó un cuadro que quería regalárselo a su socio, apenas mamá tenía un mes que había partido con Dios. No había vuelto a tomar un pincel. El me pidió que fuera a visitar los terrenos donde están los animales, la represa y el sabilar inmenso que tiene, pero la lluvia solo me permitió llegar a la entrada, sin embargo, con ese poder de observación y mi creatividad, visualicé lo que quería y solo con 2 fotografías que pude tomar, tuve los detalles que necesitaría, lo demás lo llevaba en la mente. Bosquejarlo fue rápido, todos los elementos de una forma ingenua los integré para que el escenario de la Mujer Sin rostros fuera un lindo amanecer en uno de los accesos del sabilar en flor, nunca me cansaré de decir lo mágico y hermoso que son los amaneceres de Santa Rosa, el cielo azul con reflejos malva, rosa, amarillos y naranjas que produce el brillante y naranja sol cuando va saliendo, donde la sábila se “amiga” con los cujíes, cardones, tunas y urupaguas. Me llamaron la atención una cabra y un chivato con unos grandes cuernos que los amigue también con el sabilar y el pelaje hermoso de otra cabra que se dejó fotografiar tranquilamente. Inmediatamente sabía que mi Mujer sin Rostros estaría sentada en una alfombra que tuviera ese mismo diseño. Aquí si seguí la línea de esta serie… el traje y accesorios de la Mujer Sin Rostro con la flora del sabilar, una falda de cardones y un corpiño de urupaguas y sábila. El accesorio principal era un collar con la flor de la sábila, hermosas espigas amarillas vestían su cuello. El resto, pulseras y tocados con la misma urupagua.
Se que seguiré haciendo obras de esta serie, ya sean para mi primo Luis o cada vez que mi cultura Falconiana, la que me legaron mis padres, aflore.
SANTA ROSA
Esta obra es un cuadro solicitado por mi primo Luis Piña en un formato de 0.85x1.30 cm, está realizado con acrílicos y gueso sobre un bastidor de lienzo. Pertenece a la Serie 3 Santa Rosa, ya que quise hacer un tributo a esta maravillosa y sencilla tierra que he aprendido a conocer y querer, pero sobre todo, contribuir a resaltar retazos de su historia, darlos a conocer como un legado a las nuevas generaciones o a aquellas personas y familias que tuvieron que emigrar de esta población en busca de mejores condiciones y beneficios, algunos no volvieron o la visitaron pocas veces, pero se que de corazón nadie olvida sus raíces y siempre estará en sus corazones.
No tiene a mis Mujeres Sin Rostro, ya que la protagonista de este cuadro es la propia población de Santa Rosa en el Municipio Buchivacoa del Estado Falcón, situada entre dos poblaciones populosas, Dabajuro y Capatárida.
Les comento que al principio no sabía que pintaría, el lienzo en blanco donde siempre le digo a mi sobrina Marielsy que caben un sinfín de cosas, lo veía y veía y no producía ningún boceto ni en mi mente ni en el papel mucho menos en él. Por ello agradezco a la Virgencita Milagrosa porque después que la pinté en Semana Santa pude iniciarlo.
Con los colores del manto de mi Sagrado Corazón de Jesús y de un crepúsculo de Santa Rosa comencé a pintar la base de esta obra… en ella texturicé el edificio de oficinas de la Planta de Sábila y allí supe lo que haría. Los ventanales y puertas panorámicas de este edificio servirían de galería a todas las edificaciones que siempre he visto de Santa Rosa, desde los tiempos de mi niñez.
Para ello, me fui unos días a Santa Rosa, a recabar toda la información pertinente tanto para la pintura como para este pequeño relato y solo al entrar al municipio y a Santa Rosa vi unos elementos que de un lado a otro la recorre, en todos los modelos, materiales y tamaños, son los que durante toda la vida han llevado el servicio de la electricidad a Santa Rosa, los postes y el cableado eléctrico, ya sean rudimentarios o colocados por los entes gubernamentales…. Y de una vez en mi mente supe que ellos cerrarían mi obra. Por eso, están pintados todos los tipos de postes eléctricos, que hay y han existido en Santa Rosa como en las poblaciones circunvecinas, desde los viejos postes de madera negra, los de concreto, los de hierro, hasta los palos con horquetas que reinan por doquier vadeando llanos y cerros. Surcando los cielos de un lado a otro, atravesando carreteras, caminos y quebradas hasta llegar a su destino, cada una de las casas e instituciones de Santa Rosa, pinté los cables eléctricos, haciendo un libre y entramado tejido en el cielo, cual si fuera una tela de araña multicolor.
Si iba a hacer una galería de esta hermosa población, solo irían las instalaciones y elementos iconos o históricos de ella, así que me propuse fotografiar y saber cuáles fueron las casas de barro o bahareque, con techos, puertas y ventanas de madera de cardón, pioneras o fundadoras de esta población, específicamente las que estaban en pie, es decir, las que han sobrevivido al tiempo y a la intemperie, o a los fuertes efectos climáticos que han azotado y acabado con la mayoría de ellas, desde el niño y la niña, sumados al calentamiento global, pero más allá de eso, al insuficiente mantenimiento en algunos casos, al abandono de aquellos que tuvieron que emigrar a otras ciudades en busca de trabajo, mejores condiciones de vida y al inevitable progreso que debía tener Santa Rosa para ir a la par de otras poblaciones y ciudades. Algunas todavía siguen siendo habitadas por fundadores o familiares de éstos. Las coloque en el lado derecho de la torre de escaleras de las oficinas, donde solo hay ventanales en las 3 plantas del edificio.
Para saber la ubicación de la mayoría de estas casas y sobre todo conocer quiénes fueron los fundadores de esta población, me amparé de uno de los fundadores que todavía vive en Santa Rosa, el pariente León Piña, así como también, de la señora Isaura Granadillo de Torres, el señor Antonio Torres, mis primas Rosa y Elena Piña Sánchez y el señor Eustaquio Eizaga.
Solo pinté en el cuadro las 10 casas de barro con techos de caballete central, que están aún en pie, desde el asiento de hato “Cabeza de León”(inicio de Santa Rosa), hasta la casa del señor Inocencio Romero en el Llano (al final de Santa Rosa), de las cuales 4 casi están en ruinas y/o abandonadas, 6 están habitadas o a medio usar, algunas han sido refaccionadas, con frisos de cemento, ventanas de aluminio-vidrio y las tejas que se cayeron de algunas se sustituyeron con manto impermeabilizante.
En el ventanal de la planta baja, pinté la casa de Cabeza de León y la casa de mis tíos Nerio Piña y Carmen Sánchez de Piña, en el ventanal del 1er piso pinté las casa de la señora Isaura Torres, las casas de la señora Bernarda Mindiola de Ordoñez y la señora Victoria Yedra que vivieron una al lado de la otra, actualmente abandonadas y en ruinas y seguido la casa de la señora Francisca Romero. En el ventanal del 2do piso, están pintadas las casas del pariente León Piña, la casa de Castor Faría donde ha vivido desde entonces la señora Rafaela Ordoñez de Dupuy, la casa de Ramón Piña, donde vive Pedro Sarmiento, casa que data desde el 1918 y por último la casa del señor Inocencio Romero donde vive Agapito Romero, la única casa que queda en el llano de Santa Rosa.
Resulta importante resaltar que esta primera casa, la de Cabeza de León que fungió de asiento de hato, se remonta a los tiempos de la colona, hay una de igual construcción y distribución, en la población de Tarana, mucho antes de llegar a Coro, donde cuenta la historia que pasó el Libertador Simón Bolívar. Entre las tantas casas del Patrimonio histórico y Cultural que se derrumbaron con las últimas lluvias acaecidas en el año 2010, creo que es una de las que todavía quedan, es lamentable que la de Cabeza de León se perdiera, porque no hubo nadie, llámese persona, comunidad o ente gubernamental local o regional, que se propusiera mantenerla o rescatarla, quizás por ser una casa de más de 200 años, pudiera haber formado también parte del patrimonio Histórico y Cultural de nuestro país, reconocida a nivel mundial. Hablar de santa Rosa y no incluir la casa de Cabeza de León es faltarle su primer pilar de la historia.
Según me contó el pariente León Piña, hermano de mi tío Nerio Piña y tío de mi primo Luis Piña, 4 fueron las casas que se construyeron con tejas desde el inicio del caserío de Santa Rosa, entre ellas la casa de Cabeza de León, la casa de la señora Belén, la cual el día que fui a tomarle la fotografía, la habían demolido, resultó ser otra anécdota de este relato, ya solo está en el recuerdo de los viejos habitantes y de la historia de esta población, en su lugar estaban terminando de construir una nueva casa de paredes de bloque y techos de zinc, la casa del pionero Ramón Piña que data del 1818, actualmente sin tejas y la de la señora Bernarda Mindiola de Ordoñez, hoy en ruinas y abandonada.
Entre las casas fundadoras que ya no existen pero que conformaron este caserío que hoy es una pequeña población, están la del señor Miguel Piña abuelo del primo Luis que fue construida en el 1904, la de Reyes Rojas, la de la señora Viviana Piña, madre de Arsenia Marín Piña, casa que por estar en buena parte remodelada y cambiada, no se incluyó en el cuadro, otra casa del señor Ramón Piña donde vivió la señora Belén, la que demolieron el día que fui a tomar fotografías, la de la señora Leonor Gutiérrez, la de Ladislao Mindiola, donde la maestra María Ceslia Lázaro de Mindiola creo una capillita para la virgen del Carmen, esta fue reconstruida porque se derrumbó hace muchos años, la de Antolino Piña donde vive la señora Blanca Piña, la de Celso Ordoñez donde hoy está el ambulatorio, terreno donado por el señor miguel Piña para la construcción del referido centro de Salud, la de Prudencia Castañeda donde vive Juan José el popular Juan Joso,
Así mismo ya no están en el Llano, las casas fundadoras de Encarnación Lameda, y Panchita González, en Geviro, la casa de Filiberto Gutiérrez, en el Cocui, las casas de Vicenta González, Dolores González, Manuel Rojas y José del Carmen Cuenca.
Considero importante resaltar esa tradición de devoción a la Virgen del Carmen que la maestra María Ceslia y su familia establecieron junto a otras 8 familias fundadoras de Santa Rosa, año tras año, primero en la vieja capilla de bahareque y actualmente en la que construyeron de bloques, los rosarios de la virgen del Carmen en la semana antes del 16 de julio fecha en que se celebra el día de la Virgen. Recuerdo como si fuera ayer, el entusiasmo que ponía mi querida tía Carmen, haciendo conservas de leche de cabra, besitos y paledonias, jugos y refrescos, amen de los caramelos, para brindar a todas las personas que le acompañaban el día que a ella le tocaba el rosario. Hoy día ella está en el cielo, pero sus hijas no han dejado de seguir su tradición. Según escuché, algunas de estas familias fundadoras ya no están haciendo su rosario y en su lugar otras familias de las nuevas generaciones de habitantes están solicitándolos. Pido a mi virgencita del Carmen que sea así para que esa tradición no se pierda.
Así mismo estamos haciendo nosotros para no perder la tradición que mi padre, Galo José Martínez en los últimos 4 años implantó en Santa Rosa, celebrar el día del Santo negro, San Benito de Palermo, como él estaba acostumbrado a hacer en Cabimas, realizándole su misa o sencillamente escuchar la palabra de Dios, traerlo desde la capilla o hacerle una pequeña procesión por la carretera principal al golpe y baile de cimbaleros y luego en el galpón que el construyó, bailar y celebrar con todos aquellos que nos acompañaran, un sancocho, bebidas y muchos fuegos artificiales no faltaban, pero sobre todo la alegría de papá porque estábamos todos con él. Le gustaba que todos supieran que era el día de San Benito y que así mismo se estaba haciendo aunque a mayor escala en nuestra querida tierra Cabimas, papá era muy devoto de San Benito. El 27 de Diciembre pasado mi padre y mi madre no estaban con nosotros, pero nos reunimos en su nombre como sé que él siempre quiso que lo hiciéramos.
Siguiendo con el cuadro, como el edificio tiene su entrada principal y otra puerta de salida a un balcón en el 1er piso, quise colocar en ellas las 9 casas que están a la entrada de Santa Rosa, por la margen izquierda de la carretera principal asfaltada. Las que le dan la bienvenida a este poblado. Son casas de construcciones nuevas, ya sean de “media agua” o tipo “quinticas”, con paredes de bloque, ventanas de aluminio y techos de zinc, ellas son las casas de las familias Dupui-Mosquera, González-Mosquera, Delgado-Sánchez, Delgado-Tudare, la señora María Delgado, el señor Juan Delgado, las familias Delgado-Torres y Delgado Piña y por ultimo la casa donde vivió nuestro querido padre Galo José Martínez, perteneciente a mi hermana Zully Martínez. Así de una manera sencilla logré mostrar parte de la vieja y nueva Santa Rosa.
Como el edificio de oficinas está entre las 9 casas que dan la bienvenida a Santa Rosa y se puede aprecias a lo lejos antes de llegar, coloqué tanto el edificio de oficinas como los galpones donde se procesa y almacena la sábila, en la cima de la torre de escaleras y luego distribuido a lo largo de los paños de escalera que bajan desde el 2do piso hasta la planta baja, todas las edificaciones con que cuenta Santa Rosa: La Capilla de Santa Rosa de Lima, donde los feligreses pueden escuchar celebraciones cuando el sacerdote del municipio puede venir y casi todos los domingos escuchar la palabra que los 2 diáconos: el señor Ramón Granadillo y Francisca Granadillo con todo fervor realizan, la vieja escuela y la nueva escuela, el ambulatorio, la casa comunal y una planta de sábila construida por el gobierno regional.
En los ventanales del 2do piso al lado izquierdo de la torre de escaleras, se pintaron las edificaciones que tanto lugareños como las personas que visitan Santa Rosa siempre agradecerán, en primer lugar los 2 abastos de víveres que han subsistido entre 30 y un poco más 50 años, ellos son el del señor Antonio Torres y el de “Pájaro Bravo” como se conoce al señor Arsenio Rojas. Me imagino como sería hace más de medio siglo para estos fundadores del caserío de Santa Rosa para aprovisionarse de víveres, bueno le hacían mucha falta ya que su vida era más sencilla, con la cría de chivos que les aprovisionaban de carne y leche y la siembra de auyamas, melones y patillas, vivían tranquilos y felices, amén del inexistente transporte a los 2 poblados más cercanos. Aún hoy con un transporte de pasajeros que a veces tiene mucho tiempo de espera es fuerte, a menos que tengan vehículo propio, en 15 minutos o menos están en Dabajuro que tiene todo lo elemental y necesario y Capatárida que también le ofrece muchos cosas para adquirir.
Así mismo y en lo que respecta al entretenimiento, se pintaron el negocio de “Pa que Arsenia”, un sitio donde puedes ir a compartir unas cervecitas, bailar, jugar billar, dominó, apuestas de caballos, comenzó hace unos 36 años, el sitio más bien era como un pasillo largo como si fuera un chorizo, como cuentan los primeros clientes de la señora Arsenia, las sillas estaban unas frente de las otras, que en el ir y venir para buscar una cerveza, le podían pisar los pies a cualquiera. El “Club gallístico de Dupuyito”, en otrora con más auge, las peleas de gallo y las apuestas de carrera de caballo tiene y ha tenido muchos adeptos allí.
Y no menos visitado desde hace más o menos 20 años, la casa de “Juan Joso”, como es conocido el señor Juan José Eizaga, quien le ofrece a sus más fervientes seguidores, el juego de barajas más conocido en Santa Rosa, la “pampleta” que se juega con las barajas españolas, quienes entre cervecita y cervecita dejan en la mesa o se intercambian de bolsillos unos cuantos cientos y no sé si miles de bolívares fuertes.
Por último la más utilizada por la juventud de Santa Rosa de las 2 últimas generaciones, la cancha de usos múltiples: voleibol, básquet val y futbol de salón.
Como un portal o marco, al edificio de oficinas de la Planta de Sábila, están todos los elementos iconos de esta localidad, utilizados en los sistemas tan preciados por estas poblaciones, el de agua potable y el de electricidad, cuyas carencias y deficiencias han sido en parte cubiertas, después de usar velas y lámparas de kerosén y la búsqueda de agua en baldes o latas en el río.
Resulta anécdotico que vine a tomarle la foto al molino de viento que ha estado siempre detrás de la escuela, al lado de la iglesia, con el que se realizó la extracción del agua de manantial, primera fuente de agua dulce para esta población aproximadamente en la década de los 60 y resulta que se había caído, cayó cuan largo agotado de tanto girar sus aspas al viento y a la falta de mantenimiento o desidia, creo que todavía hubiera podido servir para otros manantiales que se puedan encontrar en otras poblaciones cercanas donde todavía el agua potable llega por camiones cisternas. Pero aun cuando ya no lo veremos más en pie, siempre recordaremos a Santa Rosa con su molino de viento, por eso lo pinté al lado derecho del mismo. Ojalá se rescatara y pudieran levantarlo otra vez, ya que fue en otrora una guía para los que la visitábamos que habíamos por fin llegado, como un faro para los navegantes. Ahora cumple esa función el edificio de Oficinas de la Planta de Sábila de mi primo Luis.
Sobre la azotea del edificio a ambos lados de la torre de escaleras, están los 2 tanques rectangulares de almacenamiento de agua que fueron construidos al final de la década de los 70, ya no se usan , el almacenamiento dejó de tener su finalidad cuando el agua o su transporte escaseo tanto por muchos años, hoy están totalmente inservibles, oxidados y destartalados, creo que le falta muy poco para que tengan la misma suerte del molino de viento, caerse a pedazos con tanto viento o que se desplomen cuando sus rodillas quiebren, esperemos que si esto llegase a suceder no cause daños a personas o vehículos que transiten cerca de ellos, o se desmantelas o reciclan, esta es una decisión que solo deberán tomar los entes involucrados o la propia comunidad ahora organizada en su casa comunal. Según Humberto Torres y mi prima Chinquita Piña, vivió muy buenos momentos con estos tanques, se convirtió en un lugar de reunión y de compartir, mientras algunos buscaban agua, otros se bañaban y hasta lavaban
Al otro lado del edificio, pinté el nuevo tanque elevado de almacenamiento de agua potable construido por el llano de Santa Rosa, la situación de suministro de agua por tuberías sigue siendo caótica, muy pocas veces llega el agua a las casas, pero hay otro manantial cerca del límite de Santa Rosa con Pansacola, cerca de la casa del señor Agapito Romero y ese será utilizado, esperemos que de verdad se solucione este problema con el que han convivido los pobladores de Santa Rosa y que no sea solo un paliativo al suministro de agua, en especial para las casas más alejadas de la carretera principal. Más allá de todo, el problema de fondo del agua potable es el uso y destino del mismo, tomas clandestinas hacia sembradíos derivan el preciado líquido.
Espero haber logrado el objetivo que quise dejar plasmado en este cuadro y relato, pintar y narrar parte de la historia de Santa Rosa, me di cuenta cuando estuve buscando esta información, que hay personas que han vivido toda su vida en Santa Rosa, que no la conocen bien y mucho menos las nuevas generaciones, un pequeño regalo a esta linda población que nos ha brindado a mí y a mi familia un poco de paz, naturaleza, alegrías y tristezas, aquí murió mi padre, muy cerca de aquí en el Limón nacieron mis abuelos maternos, mi madre y mis tíos.
No hay nada más importante que a historia y cultura que cada pueblo pueda brindar, no importa la nacionalidad, credo, ideales políticos, los pueblos y acciones son la mezcla pura y enriquecida de tradiciones, costumbres, formas de pensar, hacer y actuar de todos los ciudadanos que lo han conformado en el devenir de los tiempos. El pasado y el día a día unidos contando una historia. Por eso sería ideal que comenzáramos a rescatar nuestras propias historias, a través de nuestros abuelos, padres o de personas como el pariente León Piña, un pionero fundador con más 90 años hizo posible con sus recuerdos tan claros enriquecer este relato y mostrárselas a ustedes. Con respecto a esto, me comentó la señora Isaura Torres, que en la radio de Capatárida, Junior Piña, el hijo del pariente León Piña, ha presentado algunos programas alusivos a la divulgación de la historia de Santa Rosa, que bueno que tiene una buena fuente informativa o biblioteca viviente en su familia.
Pero sobre todo, creo que debemos abocarnos a hacer historia… “historia de la buena”, porque más adelante, ella puede ser motivo de imitar en el buen sentido de la palabra y no un motivo de repudio por malas acciones contra la humanidad y las naciones. Que los buenos principios, la responsabilidad, la ética y la educación sean los pilares fundamentales de ella.
CARMEN MARTÍNEZ
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Bellos amaneceres de Santa Rosa |
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Mi querida tía Carmen Sánchez de Piña |
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Mi querido tío Nerio Piña |
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MSR ataviadas con traje realizado con sábilas, cardones, tunas, buches y sus flores |
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MSR ataviadas con traje realizado con sábilas, cardones, tunas, buches y sus flores
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Santa Rosa
MSR ataviadas con traje realizado con sábilas, cardones, tunas, buches y sus flores
Casa de Tía Carmen. Santa Rosa/Falcón - Venezuela
Mujer Sin Rostro atavida con ramas de cují, cardones y una hermosa flor de un tipo de cardón
Al fondo El Sabilar. Santa Rosa/Falcón - Venezuela
Mujer Sin Rostro ataviada con cardones, sábila, flores de sábila y fruto de urupaguas
Al fondo la Procesadora de Sábila. Santa Rosa/Falcón - Venezuela.
Mujer Sin Rostro sentada sobre alfombra de sábilas y flores de tunas y cardones
Santa Rosa.
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Mi Primo Luis Piña en la casa de mi tía Carmen Sánchez de Piña |
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