JORGE
ENTRE NOSOTROS
Por
Carmen Martínez
Cuando se vive una
experiencia maravillosa y sin igual, uno queda en un estado tan sublime,
absorto, como si estuviera bailando sobre nubes, hasta desligado de la mera
realidad de su vida, no importa de qué tipo sea esta experiencia muchos estarán
de acuerdo conmigo lo diferente que son los días sucesivos… Así me pasó después
de ese maravilloso día que pasé con mi querido hermano Jorge en el Cielo,
gracias a un permiso especial que nos concedió Dios. Ser guiada por mi Arcángel
San Rafael, ver de nuevo a papá, a mamá, a una Alexa tan alegre, habladora y
correteando con sus amiguitos y con todos los niños y ángeles, a todos mis
familiares y amigos entre ellos las abuelas y el abuelo, tíos y tíos,
primas y primos… no me provocaba hacer nada, solo pude hacer el relato “Un día
en el Cielo con Jorge”, porque tenía todo fresco en mi mente, en mi corazón,
queriendo salir y yo queriendo que no saliera para ver si me duraba más ese
estado que me mantenía entre lo real y lo divino.
Esa noche cuando me trajeron
de vuelta, todos en casa quedaron impresionados del resplandor que bañó todo el
patio, de esa brillante entrada que hice, cuando les dije que había pasado un
día con Jorge y todos allá en el cielo, no me creyeron, yo imaginé que algo así
podría suceder, nos fuimos a dormir, porque un nuevo día siempre amanece y en
él seguro me vendría la forma de contarles esta experiencia a todos mis
hermanos, si estuvieran juntos mejor… al otro día se me pegaron las sábanas,
dormí tan bonito, no sé si soñaba o venían a mi mente todos esos momentos, como
si fuera una película con cortes y todo, mientras se iban cambiando los rollos
de grabación, pero tenía mucho tiempo que no dormía así. Me levanté y fui
directo a escribir ese viaje, ese compartir, esos bellos momentos que me regaló
Dios a través de mi hermano Jorge, escribí y escribí sin parar, hasta que no lo
terminé no me levanté… las palabras fluían solas, mis dedos volaban. Yo creo
que el relato estuvo listo en menos de una hora; es que cuando uno escribe con
tanta pasión, tanta vehemencia el tiempo pasa volando o no te das cuenta del
tiempo que transcurre.
Al otro día me llamó muy
tempranito mi hermana Zully, le dijeron que no me había levantado, pero como
ella sabía que yo había estado todo el día anterior fuera de casa me volvió a
llamar muy cerca del mediodía, le dije Zully no me vas a creer lo que te voy a
contar pero quiero que lo hagas, ayer fui al Cielo, cuando te llamé fue porque
el Arcángel San Rafael me dijo que avisara a alguien y yo te avisé a ti. Pero
antes de contarte como me fue en el Cielo, tengo que irme tiempo atrás cuando
Jorge vino a verme una noche…. No seguí hablando porque deduje que mi hermana
estaría arrugando el ceño… de seguro mi hermana Zully no entendía nada, si me
tuviera de frente me miraría como un bicho raro, en fin pensé dentro de mí, que
no daba crédito a mis palabras, no la culpo, yo hubiese hecho lo mismo en su
lugar, como Santo Tomás ver para creer.
Le dije, corazón esto es muy
largo para hablarlo por teléfono, te invito a una taza de café, ven a casa y te
cuento esos 2 encuentros con Jorge y con todos los que ya han partido y
disfrutan de su gloria infinita. Cuando llegó y nos instalamos con 2 tazas de
café y un pedazo de torta de pan que recién había hecho, hice algo mejor, buqué
a través de Google mi blog Mujeres Sin Rostro, y abrí los 2 relatos que había
escrito de nuestro querido hermano Jorge, porque allí estaban debidamente
narrados y descritos esos 2 increíbles encuentros, la mirada de Zully no puedo describirla en
este relato, primero porque ni se imaginaba que yo los había escrito, ella no es muy dada a revisar su correo y es
todavía de las muchas personas que no se meten en el Facebook contimás de
buscar un blog y segundo porque cuando empecé a leer el relato JORGE creerán
que no podíamos leerlo, nuestros ojos se llenaban de lágrimas, la voz se nos entrecortaba
en la medida que íbamos bajando líneas, yo leí la mayor parte del tiempo, pero
cuando no podía Zully que hacía seguimiento del relato en la pantalla
continuaba la lectura. Cuando por fin terminamos, mi hermana entendió lo que le
había dicho, que era probable que no me creyera, pero gracias a Dios ella sí lo
hizo y le dije… ahora quiero que me hagas un gran favor, se tú la persona que
se lo diga a mis otros hermanos y a los tíos y primos con los que siempre
estamos en contacto, o con los que quieran venir desde otros estados, porque en
lo que Jorge de alguna forma me diga que puede venir a estar un momento con
nosotros acá, quiero que estén presente la mayoría, para que puedan también
tener esa alegría de volverlo a ver… diles que no hay forma de saberlo, el de
alguna forma me lo hará saber o entender y solo así podré decirles cuando será
ese gran encuentro que Dios le va a permitir.. Ya después no podrá volver a
bajar y manifestarse de ese modo… Zully me dijo, no te preocupes yo me encargo
de ello.
Desde ese momento, todas las
noches me la pasaba mirando el cielo y sobre todo a Estrella Jorge, lo que me
llamaba la atención era que muy cerca estaban 2 estrellas más y un pequeño
lucero, por lo que me hacía la idea que eran Jorge, papá, mamá y Alexa siempre
titilando un saludo para mí y me imagino que papá y mamá enviándonos su
bendición para todos nosotros. Así pasaron varias lunas y varios soles
conversando en el lenguaje morse, bueno yo aprendí a intuir lo que ellos me
querían decir, porque sigo sin aprender este lenguaje. Hasta el Lucero de Alexa
titilaba tanto que es raro porque siempre la luz del lucero es más fija, me
imagino que quería que les enviara su bendición, muchos besos y abrazos para
sus queridos padres Jingle y Jorge, sus abuelas y abuelos, bisabuelas, tías y
tíos, pero sobre a todo a todas sus primitas y primitos.
Una noche me quedé rendida
del sueño muy temprano, cosa rara en mí, siempre deseo dulces sueños a todos,
yo prefiero a veces que si mis sueños no son dulces no soñar porque no
descanso, pero esa noche entré a una zona de sueño profundo, ni siquiera sé que
letra del alfabeto griego era y pasó, casi igual que la primera vez, una
escalera luminosa muy parecida y Jorge bajando de ella, me hablaba desde los
últimos peldaños y me dijo despierta dormilona, y en mi sueño desperté y
volvimos a darnos un fuerte abrazo… no quería soltarlo, pero me dijo, debemos
hablar un momento, nos acercamos a la escalera de constelaciones, estrellas,
luceros y nos sentamos en el antepenúltimo escalón, allí comenzó a explicarme
que también sería por un solo día cuando viniera a visitarnos, lágrimas
brotaron de mis ojos, le dije ojalá Dios pueda permitirte aunque sean 3 días y
1 noche, me dijo porque?, le dije, eso sería una sorpresa, no podrás hablar con
Dios y ver si puede concedernos a todos ese tiempo contigo. Jorge me dijo que
no garantizaba nada, le dije tranquilo viejito, un día es bastante, es más que
nada, Jorge solo te pido que me avises con anticipación el día que Dios te
permita bajar y estar entre nosotros, nos despedimos con otro abrazo, muchos
besos, yo enviando muchos otros para todos allá en el cielo, pero Jorge me
dijo, ellos están escuchándonos, están viéndonos, no hace falta, no sabía si
era sueño o realidad pero otra vez esa hermosa explosión y ya no estaba Jorge y
ya estaba rendida en mi profundo sueño, plácida y relajada como si no hubiese
pasado nada o como si hubiese sido real.
Cuando desperté por fin al
alba, llamé a Zully que tiene la costumbre de levantarse muy temprano, casi con
el canto del gallo. Le conté que Jorge había venido pero esta vez en mi sueño,
va a venir por un día así que prepara a todos para que estén pendientes, ya
Zully había hablado con casi todos solo esperaban confirmación del día… Así
seguimos esperando hasta que una noche estrella Jorge titiló como nunca antes,
llamé a Zully y a mis hermanos para que desde sus casas lo vieran, así fue que
Jorge bajó esa noche y muy fugazmente me dijo en tres días podré estar bajar y
estar todo un día compartiéndolo con todos… se desvaneció ante la mirada de los
que estaban conmigo en casa…Todos fueron notificados y la sorpresa que mi
hermana Zully le preparó a mi hermano estaba en marcha.
Y que sorpresa le preparó
Zully a Jorge, me comentó que hasta los primos que están lejos como Nené el
hijo de mi tio Vicente y Miroslava, Miki el hijo de mi tía Ofelia, que está en
el oriente del país, todos los hijos de tío Pedro y hasta la Sra. Carmen de
Valera, Teo y su hija que están en Valencia, confirmaron que estarían con Jorge
y todos nosotros, lo que más nos entristecía era que solo Jorge podría venir,
al igual que yo todos coincidíamos en algo, el poder verlo ya era una gran
bendición de Dios, lo que no sabíamos todos es que Dios es tan misericordioso y
nos ama tanto, que siempre algo nos da algo cuando menos lo esperamos, cuando
creemos en él, todo puede suceder. Al final los sorprendidos fuimos nosotros. Todo
estaba coordinado el encuentro sería en nuestra querida casita de Santa Rosa,
donde papá vivió sus últimos años, un lugar muy querido por Jorge, algunos se
fueron el día anterior y otros fueron llegando en la mañana, a esperar que
Jorge y algunos de nosotros llegáramos, porque había otras sorpresas en el camino
desde Cabimas a Santa Rosa para nuestro querido hermano Jorge. Zully alquiló
dos autobuses para aquellos que no llevaran sus vehículos, toda la gente vecina
y querida de la calle el Manguito y todos los tíos, tías, primas, primos,
amigas y amigos de Jorge, los del coro parroquial se encontraron que lástima
que Farides no estaba.
A los tres días, Jorge con
el alba de una mañana hermosísima bajó, que colorido tenía el cielo, y nuestro
querido sol, se apaciguó de tal forma que el cielo estaba despejado con nubes de
un blanco diáfano, mejor imposible para un viaje que debía tener muchas
paradas. Un débil rayo de sol lo trajo caminó hacia nosotros, solo estábamos
Zully, Antonio, el Negro y Yo, los demás se habían adelantado para hacer los
preparativos y esperarnos en Santa Rosa, Jorge se extrañó de que no estuvieran
los demás, mientras iban y venían abrazos, besos y mucha alegría mezclada con
llanto, era increíble esto que estaba sucediendo, le dijimos que no se
preocupara por ello, que los iba a ver a todos, Jorge nos dijo que encontró un
poco distinta a Cabimas, por la renovación de la vía intercomunal, le dijimos
que todavía están trabando en eso, subimos todos a la camioneta de Antonio y
pasamos primero por la Iglesia de la Rosa Vieja, de allí nos fuimos por la
carretera costanera hasta llegar a la Catedral de Cabimas, que ya estaba
abierta, no nos bajamos porque todavía nos quedaban horas de camino, pero en
cada una de estas iglesias le íbamos dando gracias a Dios por este regalo.
Jorge nos preguntaba para dónde
íbamos cuando nos enrumbamos a la carretera Lara-Zulia para luego tomar la
Falcón-Zulia, le dijimos al unísono, que queríamos que viera primero lo
distinta que estaba la carretera Lara-Zulia, en nada se parece a como el la
dejó, después le dijimos que íbamos para Santa Rosa, los ojos de Jorge
brillaron tanto que me pareció ver el asomo de una lágrima, cosa que no es
posible ni en este relato. Pero cuando vio que Antonio tomó la vía del puente
de Maracaibo, se asombró, Zully le dijo teneis que pasar a saludar a tu
virgencita la Chinita, para que veas la plaza hermosa que le construyeron y
como ha cambiado por dentro la Basílica… indescriptible la emoción que
embargaba a Jorge y cuando pasamos por el puente el comenzó a cantar nuestra
querida gaita…. “Cuando voy a Maracaibo y empiezo a pasar el puente, siento una
emoción tan grande que se me nubla la mente”…. y el nudo en la garganta lo
teníamos todos, de estarla cantando a coro con él. Ni decir cuando vio las
esculturas de la Chinita que están en la circunvalación 1 y la que estaba en su
plaza, un momento sublime lo pasamos en los 15 minutos que estuvimos dentro de
la Iglesia, todos dando gracias y luego el chalequeo que le montamos a
Jorge, la vez que se vino por 3 días a
la Feria de la Chinita.
Como sabíamos que debíamos
irnos a Santa Rosa, salimos de una vez rumbo a Mene de Mauroa, parada que
siempre hacemos cuando vamos a Santa Rosa, nos tomamos un café o un refresco y
de allí otra vez nos enrumbamos hasta Dabajuro, para que Jorge viera como
estaban transformado su entrada, para que viera los trabajos que se están
haciendo para inaugurar su terminal de pasajeros. Y así fue, que impacto, que diferencia.
Cuando dejamos Dabajuro atrás Zully por el celular avisó a todos en Santa Rosa
para que estuvieran pendientes de nuestra llegada… pasamos el caracol y al
divisar el Edificio de la Planta de Sábila del primo Luis vimos algo que nunca
se me olvidará, a lo lejos se veían muchas personas fuera de la casa, al son de
5 grupos de Chimbangles de San Benito y
las mujeres bailando a San Benito, nos recibieron, que hermoso, a Jorge le
gustaba mucho ir a San Benito y papá había llevado esta tradición a este
querido pueblo, nadie trabajo en este día, todos se acercaron hasta la casa de
papá para acompañarnos en una pequeña procesión que hicimos con San Benito,
bailando por toda la carretera principal y luego en la casa como hacíamos en
tiempos de papá. Los fuegos artificiales retumbaban nuestros oídos, no sé cómo
consiguieron tantos. Allá estaban Miguel, Franklin y su familia, Susan y su
familia, Edith y las muchachas, Maria Cecilia y su familia, que bonito fue
cuando Jorge los vio, fue un momento que no olvidaremos ninguno de los que
estábamos allá. Se puso chochísimo con sus dos nietos, ojalá este recuerdo
perdure aunque sea en Jorgelita, porque son muy niños, allí pasó algo muy
bonito todas las sobrinas y sobrinos se lo llevaron a bailar con San Benito,
Maria C, Jingle, Virginia, Jorge Jesús, Ana María, Marielsy, elito, Jorgelita y
Duber Alfonso… abrieron paso entre gente que estaban bailando, ellos hicieron
un gran circulo y en el centro solo Jorge y con la nueva generación que no tuvo
el privilegio de conocer. Y luego entramos todos nosotros, solo faltaba mamá y
papá, aunque mamá nunca bailó ni fue a ninguna procesión de san Benito, era
para que este momento fuera maravilloso y los tíos Carmen, Nerio, Vicente,
Lucas, Ana y Magín para que conversaran con los tíos que vinieron a
acompañarnos, tía Zoila y su familia, tío Pablo con la tía Cira y familia, tío
Chúa con la tía Carmen y familia, Todos los hijos de t{io Lucas y Magín con sus respectivas familias, tío Ismael con la tía Elvia y familia, tía
Chica con tío Reinaldo y familia, vinieron la mayoría de los hijos de tio
Vicente y María desde Caracas y La Guaira. De la familia de papá vinieron casi
todos, el tío león con Alida y familia, tía Reimunda y su familia, Ita, Mina,
Monche, Reinaldo, Yaya, Toni, Lucy, Miki y todos los hijos de la tia Ofelia y sus familias, tío Chucho y familia. Dios no
quiero que se me olvide nadie. Sentadas debajo de las matas de nin estaban
Carlina y la Señora Carmen de Valera, que las trajeron todos sus hijos, no hubo
ninguno que dejó de venir, hasta Perucho vino de Mérida, otro momento hermosos
fue cuando Jorge las vio, rompieron a llorar cada una preguntándole por los
tíos Pedro y Monche y sus hijas e hijos que se habían ido con Dios. Y ni decir
de todas las hijas, hijos, nietos, bisnietos de mi querida tía Carmen y tío Nerio,
estaban todos, eso fue lo que Dios me imagino vio y por ello al final del día
pasó lo más hermoso que mis ojos y mi corazón han visto y sentido, pero para
ello debo llegar al final del relato, todavía falta algo.
La comelona que todos
ayudamos a preparar fue exquisita, las primas Rosa y Elena mataron unos chivos,
el primo Luis unos ovejos y se prepararon guisados y asados y la asadura de
chivo se preparó de pasapalo, las cabezas y el espinazo se unieron a costillas
de res y gallina y se hizo un cruzado para chuparse los dedos, arepas peladas,
nata, quesos, ensaladas, parrillada de carne, pollo y chorizos, había para
todos los gustos, todos ayudaron a servir… y como es tradición en los bailes de
San Benito, el ron y la cerveza no pueden faltar, tanto para bañar el santo
como para compartir.
Cuando Jorge vio a todos los
vecinos de la calle y de la Rosa Vieja que fueron, en especial todos de cas de
la señora Ana, Jaime, Mirian, Sra Iris, sra Cástula, la sra Tencha, los del
coro parroquial, vino toda la familia Richard, sintió una gran emoción, porque
él siempre los visitaba, habíamos programado el San Benito hasta las 4 de la
tarde y de allí en adelante con guitarras, panderetas montaron un espectáculo
hermosísimo solo faltaba Farides… Fue allí que los diáconos Ramón y Francisca
llegaron y leyeron la palabra de dios entre cánticos y fuegos artificiales. Jorge
se acercó a mí y me dijo que quería que lo llevaran a Capatárida, pasamos por
el cementerio donde está sepultado papá, dimos una vuelta por la playa de
Miramar de regreso paseamos dimos la vuelta por la plaza y las dos vías
principales de Capatárida y de regreso quiso pasar por la capilla de Santa
Rosa, ir al rio y pasar por la casa de
la tía Carmen, le dio tanta tristeza porque ya no tenía la enramada y se había
caído la parte de delante de la casa. Allí nos dijo que le hubiera gustado
estar disfrutando como nosotros de todo esto, que estaba muy contento porque
escogimos Santa Rosa para el reencuentro y ese recorrido del paseo por Cabimas
y Maracaibo
Entre los vecinos que se
contentaron con la oportunidad de ver a Jorge fueron el pariente León Piña y su
familia, Arsenia y sus hijos, Juan Joso, el señor Dupuyito y sus familia, y los
amigos de papá que no conocieron a Jorge pero que a través de él y de nosotros
aprendieron a conocerlo, el sr Eustaquio y su familia, el sr Guillermo y su
familia, el sr Ramón y su familia, los compadres el sr morillo y su familia, le
gustó ver como son todos unos hombres y mujeres los hijos e hijas de la mayoría
de los primos todos compartiendo como lo que somos una gran familia, como íbamos
a dormir no lo sé pero como disfrutamos todo ese día, luego de que regresamos
de la casa de la tía Carmen, empezamos todos a cantar con el coro, de todo, le
cantamos a Jorge sus gaitas hasta que nos quedamos roncos, no importaba no
habría otro momento como este con él… bailando, echando chistes, como siempre
cuando vamos para la casa de papá, bueno de Zully…
De repente Jorge se levantó
y nos habló, quería agradecer que todos habían ido, para él había sido un día
con muchos momentos maravillosos, pero su mayor felicidad fue el ver a su hija y sus nietos a todos
nosotros estando con él… lamentablemente Dios solo le regaló un día para venir
y ese día ya estaba llegando a su fin, parecía que estuviera en gran escenario
y toda la audiencia aprovechara de preguntarle por todos allá en el cielo,
Jorge se encargó de responder a cada uno y de decirles que ellos estaban allá
al igual que nosotros todos reunidos viendo y escuchando y disfrutando todo
eso, Jingle y Jorge le preguntaron por su princesita Alexa. Al finalizar este
momento de preguntas y respuestas Jorge nos dijo muy conmovido que su corazón
ya estaba rebosante de gozo antes de venir aquí, porque ni el tiempo ni la
distancia hacen cambiar en un corazón, el cariño y la amistad, que este tiempo
compartido solo le había ratificado el gran amor que nos tenía y nosotros a él.
Por esa razón nos pedía que atesoremos esos bellos momentos, cariños, amores y
amistades en vida. Estaba muy agradecido de haber sido así cuando él estaba
vivo.
Había oscurecido mucho y el
cielo de Santa Rosa se cubrió de repente de muchas constelaciones, estrellas,
hasta unas fugaces se vieron, muchos luceros, todos estábamos afuera y podíamos
ver esta maravilla, Jorge se levantó y caminó hasta un claro y fue allí que se
vio un hermoso espectáculo de luces, se formaron frente a nuestros ojos varias
escaleras de estrellas y constelaciones y bajando de ellas todas y cada una de
nuestras familias queridas y las de todos los amigos de Jorge y vecinos de la
calle, narrar esto va más allá de mi narrativa, describir un sinfín de
emociones de parte y parte… fue muy breve el momento, fue la sorpresa y el
regalo de dios para todos aquellos que se acercaron a estar con Jorge entre
nosotros, algunas caras mostraban asombro, otras irradiaban mucha alegría,
besos, abrazos, bendiciones reinaban en cada grupo de familias. Como Mamá y
papá y todos tuvimos un breve momento de abrazarnos. Alguien muy especial bajó
también esa noche, Estrella esa persona especial que Jorge conoció allá, nos la
presentó a todos nosotros, que bonito momento. Todos coincidimos que el momento
más sublime fue cuando Alexa corrió gritando Mami, Papi, abuelita… Pero alguien
bajó a última hora, como para hacer el cierre de este día maravilloso, Farides,
ella se unió a todos los integrantes del Coro Parroquial, entre ellos Jorge y
mi hermano Miguel y cantaron tan bonito, que emoción nos embargaba a todos,
mejor final imposible.
En eso bajó el Arcángel
Rafael y les dijo que era hora de marcharse, así de la misma forma que todos llegaron
debían partir, todos junto con Jorge se tomaron de la mano y caminaron hasta
cada una de las escaleras de luces. Y luego ¡BUM¡ una explosión de luces y
haces en todas direcciones los fuegos artificiales que habían estado lanzando
durante todo el día no se podían comparar con esta natural belleza cósmica.
Después de esa gran
explosión y desvanecimiento de todos nuestros seres queridos, quedamos en
silencio, cada uno en su mente y corazón guardando este momento, que diferencia
hará esta experiencia a partir de ahora en sus vidas, en su fe, en sus
relaciones interpersonales, en su trato con su familia, cada quien lo sabrá.
Yo que además tuve esa hermosa
experiencia de visitarlos en el cielo y ver que la vida que llevan, para muchos
que al final de sus vidas padecieron es hasta mejor, me deja una gran enseñanza
de fe y de amor, el amor cuando es sincero y de verdad perdura por sobre todas
las cosas y circunstancias inclusive hasta la muerte y la fe permitirá que esta
vida eterna prometida por Dios como la que vi que todos y cada uno de ellos
disfruta, se dé. Creo que a partir de ahora un cambio se suscitará en mí,
quizás nuevas enseñanzas, nuevas formas de ver y vivir la vida, quien sabe si
hasta de pintar y relatar, ya todos me conocen porque a través de todas mis
series y colecciones de mujeres Sin Rostro y de cada uno de los escritos que hasta ahora
he realizado he mostrado o están impregnados de mis vivencias, mi tierra, mis
terruños más queridos, mi gran familia y amistades, es quizás que deba abrir el
compás, no olvidando mis raíces pero si tratar de hacer algo diferente, no creo
que dejaré de mostrar nuestra cultura e idiosincrasia, pero quizás hasta eso
sea no sea igual… y todo esto se lo debo a esta hermosa oportunidad que Dios me
dio de escribir para mi querido hermano JORGE ELIÉZER MARTÍNEZ SÁNCHEZ, un cuarto de siglo después de su partida a
hermosas tierras lejanas de Dios.
Se cierra un ciclo y se abre
otro, las cosas siempre suceden en el tiempo perfecto, el tiempo de Dios…
quiero cerrar este relato enviando todo mi amor a mi hermano Jorge, a mi
querido padre Galo José Martínez a mi querida madre María Tiziana Sánchez de
Martínez, a mi linda princesita Alexa y todos mis seres queridos que están
contigo Dios. Y a todos ustedes que revisan mi trabajo, aunque no igual es
probable que se sientan identificados, porque no importando si es un hermano,
un padre o la madre o cualquiera de sus seres queridos, todos hemos perdido a
alguien y todos hemos sentido algo parecido y desde la fe de cada quien siempre
anhelan tener una experiencia así, solo cierren los ojos en su fe y se hará
realidad…. Dios es grande y misericordioso…Se los digo yo.
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