JORGE
Por
Carmen Martínez
Y si la vida es corta por
alguna razón no concebida por personas como nosotros, y si fuiste más feliz en
ese tiempo que estuviste entre tanta gente maravillosa y otras no tanto, que en
el tiempo que no pudiste vivir, eras un ser tan diferente y tan igual, más
especial que cualquiera de nosotros, yo creo que no hace falta que te lo diga,
en vida viste como eras apreciado por muchos, que popular y cariñoso eras, lo
dicen todos aquellos que como nosotros sufrimos esa madrugada, después que un
mal segundo se apoderó de tu vida dejándote solo ante la presencia de Dios y la
Virgen Madre, porque de eso si estoy segura solo no estabas… después los brazos
del Negro mantuvieron caliente tu cuerpo enfriándose mientras tu espíritu y
alma ascendían a lo más alto, a la tierra prometida, a ganarte unas bien
merecidas alas de ángel, imagino que mientras lo hacía, tu mano aún cálida le
posabas en su cabeza para reconfortarlo, para que supiera que nunca lo dejarías
a él y a nosotros solos, si JORGE, los años más hermosos fueron esos
compartidos en completa familia, ya nada volvió a ser igual, seguimos adelante,
con todo lo que la vida acarrea, nuevas alegrías, nuevas tristezas, nuevos
retos y fracasos, nuevas vidas, sabes vinieron más mujeres al núcleo familiar y
solo dos hombres sumaron la presencia de tu ausencia en los hombres de la
familia, no te conocieron pero en la medida que fueron entendiendo, supieron
que tenían otro tío maravilloso que partió hacia unas hermosas tierras lejanas
y que desde allá siempre estaría pendientes de ellos.
Aún recuerdo ese bigote que
le daba el marco a una sonrisa que siempre tuviste, fueron muy pocas las veces
que no podía salir, quien sabe que cosas te la opacaban, así como eras
dicharachero eras tan cerrado para tus cosas de adentro, como un caparazón de
tortuga, como un tanque de guerra, que te guardaba tu frágil y fuerte interior,
solo tuyo y de nadie más. Esa marca de la familia también la tenías tan fuerte
que aun después de casi tres décadas hay personas que nos ven y nos preguntan si
somos hermanos, imagínate que sello, esos ojos tan grandes y expresivos, debajo
de unas cejas tan pobladas, ni hablar de esa cabellera india que tu tenías,
lacia, seguro JORGE que también tendrías a estas alturas el pelo cano como casi
toda la familia de mamá, o con un poco de suerte menos canas como la familia de
papá, nunca se sabe lo que no pudo ser, pero te estaría enmarcando tu morena
tez de rasgos bastante fuertes, será de indio caquetío porque toda la familia
era de Falcón y esos fueron sus primeros pobladores, nuestros apellidos muy de
la madre tierra podrían decirnos que con la colonización algún ancestro español
le gustó una bella indígena como fue normal en esa época de la colonia.. Cada vez que veo a nuestro querido hermano
menor, me remonto a esos años antes de ese malvado segundo, se parecen tanto en
muchos sentidos, claro está, cada quien es cada quien, recuerdo JORGE cuando
jugábamos en el patio trasero de la vieja casa, tú, Miguel, Zully el Negro y
yo… yo era la más basta, eso lo sabían ustedes, casi siempre perdía en los
pocos juegos en que los acompañaba, te acuerdas cuando dormíamos todos en el
largo corredor lleno de chinchorros, después vinieron las camas.. Pero como
retozábamos de noche y mamá diciéndonos, que nos durmiéramos o el coco nos iba
a salir y empezábamos a hablar en susurros.
Luego papá construyó la casa
nueva… bueno ustedes se habían quedado en los cuartos exteriores cuidando la
casa y nosotras nos mudamos al frente, a casa de la señora Ángela Manzano, Dios
la tenga en su santa gloria, tan bella ella, que nos puso su casa a la orden
mientras papá construía la casa… Muy bonita y con todo y eso ya no teníamos el
espacio de antes para jugar, también crecimos, ya estábamos en el liceo…
también entró una persona a tu vida y luego alguien que te hizo muy feliz, tu
querida hija María C, no te gustó mucho estudiar, sin embargo llegaste a 5to
año de bachillerato, por una materia no lo culminaste satisfactoriamente… que
pasó, creo que no quisiste, o no era relevante para ti… el tiempo y el mal
segundo, esperaban unas cuantas cuadras más adelante, gracias a dios pasaste
muy buenos momentos en esta vida, en especial con tus amigos y amigas que
fueron muchas, hoy me quedo sorprendida de ver cuanta gente te conoció y me
imagino que no las conozco a todas, con los del coro parroquial de la iglesia
San Juan Bautista, cantabas hermoso corazón, con el Padre Antonio, fue triste
para ti cuando accidentalmente murió Eric Vargas y ni pensar tu que tiempos
después, tú también JORGE te irías en forma trágica, en un segundo trágico, que
puso de luto el corazón de mi madre quien nunca perdonó a esa persona que te
dejó solo, no hubo forma ni manera para quitarle ese pesar… creo que en los
últimos momentos de mamá y papá te tenían en su pensamiento y sé que tú estabas
con ellos a su lado.
Casi sin aliento nos dejaste
a todos en casa y en la familia, la vez
que no supimos de ti por 3 días, nunca había pasado, tú eras muy correcto,
bueno cuando se es joven y no se cuenta con la tecnología de hoy, telefonía
fija y móvil, ni teléfonos públicos y muchos menos internet, avisar que no llegarías
y mucho menos decir dónde estabas y sin dinero, bueno pues, hay que entender
corazón como fue eso para ti… tener esa oportunidad de estar en una feria de la
Chinita en Maracaibo, increíble… después que viniera todo el chaparrón, como
decía mami, “sarna con gusto no pica y si pica no mortifica”…. Y que chaparrón JORGE
tanto papá como mamá no se cansaron por días en recordarte lo preocupados que
estaban. A veces pienso, como a personas como tú, le pasan cosas como las que
viviste, será que hay una fuerza o imán para atraer personas, momentos, cosas que
cambiaran tu personalidad o tu vida; el ser retraído, ensimismado, el que a veces la
alegría se escondiera en una mueca, el ver esos ojos vivaces con la chispa
apagada, solo sabemos que todas esas cosas son las que nos curten y nos
fortalecen, sé que estabas ya fortalecido, siempre pido que todo aquel que le
opaque la vida a otro con sus malas acciones, sea Dios y la vida los que hagan
justicia. En esta vida todo se paga cuando menos lo esperamos, un Dios de amor
pero también de justicia.
Cuando escucho la canción
“Matrimonio” de los Tres Tristes Tigres, los cantos del coro de la iglesia, en especial aquella que empezaba así "En algún lugar nace un niño, empieza a llorar y en la vida ya está"... y cuando llegabas al estribillo " se que habrá un nuevo día y muy distante no estará, las primaveras volverán otras canciones resonaran, un nuevo día se que habrá, siempre habrá" "Si llegamos a un muro que es muy alto, una puerta haremos para pasar" "Si llegamos a un río que es muy ancho, un puente hemos de levantar"... como una y otra vez me la enseñaste a cantar,,,, y ni decir de todas las gaitas, lágrimas brotan sin
que yo pueda hacer nada, un nudo apretado en mi garganta y mi corazón se arruga
de tanta presión que causan todos los recuerdos, pero allí estoy yo tratando de
que me salga la voz, cantándola como hacíamos siempre que podíamos, una y otra
vez, que bellos tiempos aquellos mi querido hermano, nunca podré dejar de
agradecer a Dios, a la vida y a nuestros padres por haber tenido ese gran
placer de tenerte, de disfrutarte 27 años, cada vez que me acuerdo de los años
que te perdí a ti y a todos por estar fuera del estado trabajando, y solo viéndonos de vez en
cuando, de cuando en vez que podía ir a casa y verlos a todos, pero eso sí en
navidad y año nuevo allí si era nuestro momento imperdible, recuerdo JORGE que
me esperabas y me ponías al corriente de todo, mientras todos dormían, estabas
conmigo algunas veces ayudándome a adobar el pernil, contarme todos los chistes que te habías
aprendido y a enseñarme la letra de las gaitas más bonitas del momento, la que
tu creías que iba a ser la gaita del año. Y al otro día todos juntos, que
faena, cada quien en lo suyo, tanto para hacer las hallacas como todo lo demás para
la cena de navidad o para esperar el año nuevo. Y pensar que al igual que papá,
ustedes dos vieron ese año nuevo, pero en un segundo sus ojos se apagaron un
mes después. Cuando digo perder es perder el cúmulo de hermosos momentos en familia que son no renovables cuando se acaban o se pierden ya más nunca los tendrás... pero así es la vida, así es la voluntad de Dios.
Oh querido JORGE, si
hubieras estado en estos tiempos cuando papá construyó la casa de Santa Rosa,
con ayuda por su puesto, creo que tú te hubieras mudado para allá o te la
pasarías mucho tiempo aprovechando ese remanso de naturaleza y paz que allí se
respira y papá hubiera tenido tu compañía, los dos hubiesen disfrutado mucho
esos momentos, sabes que papá y mamá
siempre se acordaron de ti. Te acuerdas cuando papá y mamá nos llevaban para
que los tíos Carmen y Nerio y dormíamos afuera en chinchorros, ahora lo podrías
hacer en la casita de papá y Zully, en el Oasis María José, porque así decía
papá que ese casa era de María José y de nadie más. Así muchas otras cosas y
momentos me hubiese gustado que tu disfrutaras junto con todos nosotros, ya no
están tampoco papá y mamá, ya todo es tan diferente, mucho más que después de
aquel segundo, pero es la ley de vida y hay que seguir siempre adelante. Para
lo que te importaría quien era el dueño, es que te veo caminando para la casa
de la tía Carmen y de allí para Cabeza de León, para el rio, comiendo en las
casas de las primas Rosa y Elena, aprendiendo a hacer queso de cabra y
conservas de leche de cabra, yendo a Capatárida, Miramar y Dabajuro a cada
rato, en Semana Santa te montarías en el camión volteo para ir a YUYU, la playa
donde van todos los primos y para Miramar, en temporadas no dejarías ni una
lefaria, un dato, un guanajo y un buche en toda Santa Rosa, como te gustaban,
bueno a todos nos gustan mucho, mamá era la primera que se hartaba de ellas, tanto
papá como la tía siempre le enviaban sus provisiones y ella se sentaba afuera
en el fondo a comérselos, amén de que siempre compartía esos tesoros con sus
hermanos Lucas, Pablo y Zoila que eran los que vivían más cerca de casa. Ni
decir de que te perderías por el llano, irías a Pansacola y visitarías al
pariente León Piña, no saldrías de que “Pa que Arsenia”, tú la querías mucho,
que de tiempos, como serian esos tiempos si tú estuvieras aquí JORGE, serían
hermosos, tanto o más como cuando coincidimos una buena parte de los primos
allá. Estoy seguro que serías feliz también.
Y como tu vida fue corta, en
la historia de este relato tu estas JORGE y en ella me gustaría poner a una mujer
maravillosa que llene de luz y color a
tu vida y corazón, una dulce y muy cariñosa mujer que mereciera ese gran amor
que tú siempre brindaste, por eso de que me gustan los finales felices, que me
gustan las historias que tienen finales que no terminan que tienen más partes
que narrar, pido para ti una mujer que eternamente te quiera, seguro que allá
en el cielo, en algunos de esos paseos que haces siempre por el Paraíso
y el Edén, encontraste a tu alma gemela,
alguien que al igual que tú se fue de aquí sin conocer el verdadero
amor, se encontraron y Dios está bendiciéndolos
por ello, te lo mereces corazón, el amor en la tierra no fue generoso contigo,
se perdieron de eso. Desde la estrella en el cielo que bauticé con tu nombre
espero, que con tu titilar característico me envíes señales como si fuera en
clave morse, para confirmar todo esto, y sino acércate a mí y susúrrame todo lo
que quieras, yo sabré que estas allí, porque en mi mente y corazón estas.
Dios es grande y
misericordioso, te fuiste de este mundo muy joven, solo pudiste disfrutar de tu
hija muy poco tiempo, pero la vida te ha regalado dos hermosos nietos, Jorgelys
y Dúber Alfonzo, pero eso lo sabes, porque sé que desde allá los cuidas y
proteges. Salúdame a todos los que te acompañan en esa vida que has formado
allá, después me cuentas como ha sido eso, tu puedes bajar, sabes dónde
estamos, ven y siéntate con nosotros y comparte todas esas aventuras que has
vivido desde que ese y solo ese segundo te arrancó de nuestro lado y te llevó a
otra vida inesperada pero llena de muchas cosas buenas… en ese momento seríamos
nosotros quien te pondríamos al tanto de los chistes, cuentos y de las gaitas
que en mucho tiempo no has escuchado, quien sabe si vienes en el día de la
Chinita de Maracaibo y nos vamos todos de feria…. Todo es posible en esta vida
de Dios, en este relato querido hermano JORGE, sé que habrán otros relatos más
adelante donde narre todo eso que me iras contando, de cuando en vez a partir
de ahora, a través de tu estrella o cuando bajes a visitarnos en tu querida
tierra Cabimas.
|
JORGE ELIÉZER MARTÍNEZ SÁNCHEZ |
No hay comentarios:
Publicar un comentario