HABLANDO
CON LOS VISITANTES DE MI BLOG MUJERES SIN ROSTRO
Por
Carmen Martínez
Recientemente conocí una
persona oriunda de Perú, llamada Charly y fue lo que dijo luego que leyó mi
relato las niñas de azul, una de las razones que tuve para escribir este breve
relato. Le había gustado mucho aún más luego de saber cuál fue la verdadera
versión en la realidad de esta historia que llevé a cuento.
Me dijo, leí una palabra que
no la conozco en Perú y me imagino que a otras personas de otros países les
podría suceder lo mismo, la palabra “hostería”, le dije que aquí en Venezuela,
en algunas regiones a las posadas o pequeños hoteles se les llaman hosterías,
me dijo, que como hacían las otras personas del mundo como él, para
entenderlo…Le dije que entendía su preocupación, pero que muy a pesar de ello, al
hacer relatos que tienen que ver con mis vivencias y las de personas que están
en cada una de nuestras regiones en Venezuela, me debo a nuestras propias
palabras, lamentablemente en la escritura no puede ir su acento característico,
pero que doy gracias a Dios y a todas las personas que facilitan esto en
internet proporcionando diccionarios con sinónimos de palabras de cada uno de
nuestros pueblos y lo que aún más agradezco son los traductores, porque eso ha
permitido que personas en otros países y continentes revisen mi blog y lean muchos
de mis relatos no importando sus idiomas de origen. Así mismo me llama la
atención cuando usted dice “batiendo sus manos en un adiós”, de repente algunos
no la entienden con esa palabra sino moviendo las manos. La preocupación en mi
sigue, porque cuando alguien como él me dice eso, es porque en cierta forma
pudo no haberlo entendido como realmente lo relaté siguiendo mi forma de hablar
y escribir.
Por otro lado, mi amiga
Nira, en varias oportunidades, me ha dicho que en mis relatos nombro lugares,
personas queridas de mi familia, amistades y de mi entorno, cosas mías o de
otros, que de repente para los lectores no tengan la misma importancia, en
otras palabras, una buena parte de mis relatos están escritos en primera
persona, y es que realmente escribo en primera persona, relato mis vivencias,
lo que conozco, lo que percibo y siento a través de mis sentidos y si son de
otros las refiero en tercera persona o con sus propios nombres si ellos me lo
permiten. Creo que cada uno de los visitantes del blog, donde quiera que estén,
pudiesen verse en la misma situación o caso que yo o las personas que me ayudan
a hacer mis relatos y estoy segura que le pondrán las personas de su vida y
entorno que lleguen a su mente cuando los lean, porque en la vida aunque no
queremos todo se convierte en personal. Pero como dice mi amiga María Reyes, la
desobediencia mata, hay que escuchar consejos de vez en cuando y de cuando en
vez, dependiendo del relato que esté
realizando trato de generalizar o escribir en tercera persona, cosa que por mi
forma de escribir a veces se dificulta y es eso lo que mi amiga quiere, que yo
escriba en una forma más literaria y saben que eso ha permitido que nuevos
cuentos o narrativas a un nivel diferente haya realizado, sin desligarme de mi
normal y propia forma de escribir. Aunque no lo crea eso me ha ayudado a escribir para participar en concursos
literarios de relatos breves.
Cuando logro reunirme con mi
gran amigo y como hermano Carlos Álvarez una vez en la cuaresma, y logro que lea
alguno de los escritos publicados o que envío a concursos, espero sus preguntas
que siempre las hay, ya sean de contenido, de lo que quiero expresar, en qué contexto
lo escribí y de lo que pretendo con él. Así mismo siempre me han ayudado mi
hermana Zully, mis amigas Nira y María, cada una me dan sus impresiones antes o
después de que mis relatos se hayan publicado, eso me nutre porque de una forma
u otra es como si fuera alguno(a) de ustedes que luego de leerlo(a) me dieran su feedback, sus opiniones, sus
preguntas y comentarios, como lo hacen estas personas de mi familia o amigas
que objetivamente me ayudan siempre.
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